Opinión

Una noche en el Carnegie Hall

Gonzalo Escobar Villavicencio

gonzalo_escobar7@hotmail.com

Leonardo Escobar Bravo

leonardoescobarb@hotmail.com

La noche del 26 de diciembre atendimos a la presentación de la pianista rusa Katya Grineva, quien marcaba su 15ta aparición en el famoso salón con la interpretación Classical Holiday, hecha en colaboración junto al maestro Byron Duckwall.

Llegamos a tempranas horas de la noche, por invitación de Claudio Chacon y su hijo Daniel -este último un joven pianista- tercera generación de emigrantes ecuatorianos. El gran salón del Carnegie Hall brillaba dorado con los cientos de luces que daban alma al legendario escenario, donde un único piano negro y reluciente se postraba, acompañado de flores y la orgullosa bandera estadounidense, frente a un enorme fondo blanco; era una imagen realmente poderosa, de una cultura fiel de sí misma.

Todos tomaron asiento cuando el presentador salió a dar la bienvenida para dar inicio a la velada. Se lo despidió con aplausos, a la vez que recibíamos a Katya Grineva. La artista, oriunda de Moscú, luce una impresionante trayectoria, habiendo colaborado con la Sinfonía Acadiana, la Orquestra Virtuosi de Manhattan, la Orquestra Filarmónica Europea en Francia o la Orquestra Sinfónica de Guayaquil. Sus recitales han cautivado a audiencias en los salones más prestigiosos de Paris, así como en múltiples cruceros, audiencias compuestas por ex-mandatarios y diplomáticos, y niños en hospitales y países en crisis.

En 2005, la Srta. Grineva interpretó el Concierto de Piano de Mozart No. 20, como artista invitada en la Orquestra Sinfónica de Guayaquil, bajo el Conductor David Harutyunyan. Durante uno de sus viajes al África, experimentó la inestabilidad política que azolaba al país de Kenya, quedando atrapada 6 horas en el aeropuerto, tras lo cual atravesó revueltas, protestas e histeria civil antes de llegar a su destino para cautivar a un gran público con su hermoso talento; un muy necesitado conforte para los presentes. Además, Katya Grineva ha llevado a cabo algunos tours mundiales, el último siendo en 2010, año en el cual cabe destacar sus presentaciones en Quito, Ecuador; Nairobi, Kenya; Singapur; Hong Kong; Melbourne, y Sídney en Australia; y Ravel en Italia.

A esto, finalmente, podrían sumarse los muchos CDs que ha lanzado, y cabría destacar la exclusividad que se le dio en 2006 para interpretar y grabar las premieres mundiales de las sonatas de piano del compositor romántico de Viena, Marcel Tyberg (un hombre judío quien murió durante la Segunda Guerra Mundial, prisionero en un campo de concentración, y cuyos panfletos fueron rescatados por un amigo cercano).

En fin, aquella frígida noche de invierno en Nueva York, el público presente encontró refugio en el cálido, dulce y luminiscente estilo con el que la Srta. Grineva daba vida a piezas mágicas como la Danza de las Hadas o el Andante Majestoso del Cascanueces de Tchaikovsky; Legende de Tyberg; variaciones de Noche de Paz por Byron Duckwall; entre otras de Chopin, Mozart y Rachmaninoff.

Quienes atendíamos al evento nos vimos en total mudo durante el recital, cuya protagonista cubrió todo rincón con el sonido de su música, deleitando a embajadores de las Naciones Unidas, estrellas de cine, donadores y patrones casuales; todos los cuales irrumpíamos nuestro silencio para ovacionar a la pianista al final de cada pieza.

Luego de culminar aquella majestuosa presentación, todos los presentes abandonaron el Carnegie Hall, dejando un salón de oro, y saliendo a las calles de una ciudad brillante, fría y cubierta por la lluvia invernal. Así terminaba la navidad, y quedamos esperando el año nuevo.

Las opiniones vertidas en el medio son de responsabilidad del autor