Un verdadero atraco…
Dr. Jorge Norero González/Guayaquil
Que, sin ningún beneficio para el Estado, el gobierno entregue 65 mil hectáreas en concesión a camaroneros, que generan unos mil ochocientos millones de dólares, resulta un verdadero negociado que perjudica a todos nosotros los ciudadanos, pues si el estado quisiera titularizar esas hectáreas a los concesionarios, el valor por hectárea no debería ser menor de diez mil dólares por hectárea…
Si hablamos de 65k ha, el Estado estaría dejando de percibir 650 millones de dólares, que podría muy bien servir para dotar a la Fuerza Pública y en especial para la Armada, de decenas de lanchas patrulleras que con urgencia se requieren para combatir a los piratas y mafias delincuenciales, que acechan el mar, esteros y ríos…
La Corte Constitucional, no puede aprobar este decreto de urgencia económica, con el cuento del fenómeno del niño, que no será tal, porqué que comiencen las lluvias en diciembre es lo normal, y que el invierno sea fuerte, mediano, o débil, también era y es normal, el niño es cuando llueve y causa estragos a toda costa durante todo el año, porque la temperatura del mar es alta y la corriente fría de Humboldt no llega, que es lo que provoca el verano fresco en nuestra región…
No soy experto hidrógrafo, pero en mis casi setenta años, guardo en mi memoria los distintos años y etapa en que vivimos duros inviernos, y cómo el niño de los años ochenta causó graves daños a muchos países de la región, cosa muy distinta a esta época…
También vale aclarar, que muchos de los deslaves, inundaciones han sido por causa del hombre, taponamiento de ríos, construcciones en los cauces naturales que cuando llueve nada detiene a la fuerza de la naturaleza, desforestación de taludes, selvas, bosques, etcétera y de esto nadie quiere reconocer su cuota de responsabilidad…
Ahora además de regalarles las zonas concesionadas, querrán que les arreglen los muros de las piscinas, etcétera y para nada tengo algo en contra de los camaroneros, pero cada quien tiene que tener siempre en óptimas condiciones su infraestructura, es cierto que hay fenómenos que superan la capacidad del hombre, pero esa es otra variable que al menos en el sector agropecuario debemos cargar con esa cruz y nadie viene en rescate, salvo con unos kits de cuatro pendejadas que no sirven para nada, salvo para que cuatro vivos se hagan ricos como siempre.
Semper Fi.