Opinión

Un negocio que nació de la ‘necesidad’

El resultado es bueno, una marca que  plasma en distintas texturas, diseños únicos y personalizados. 

GUAYAQUIL. Con 18 años, Camila Núñez, apuesta por las trufas originales y la vanguardia con su marca Trufadict, un emprendimiento que cuenta con gran diversidad de sabores, siempre garantizada por la excelente calidad que los define.

El gusto de esta joven por la repostería la llevó a que su mamá María de Lourdes, le enseñará sus recetas favoritas. Núñez, quien ya lleva 1 años preparando estos ‘manjares’, se animó a emprender este negocio luego de tener la necesidad de conseguir dinero para pagarse su viaje de fin de curso en el Colegio Balandra, donde logró graduarse el año pasado. A pesar de haber logrado su objetivo, Camila sigue combinando su negocio con sus actividades: el fútbol y el gimnasio. Ella entrena en la Academia de fútbol de Carlos Morán como arquera.

Para plasmar su idea, su papá le compró los ingredientes para su preparación. Entonces, comenzó a investigar recetas e ingredientes en Internet. En sus primeros meses elaboraba hasta 100 trufas   diarias. Ahora son 300 y tiene una ganancia mensual de $400.

Recuerda que comenzó experimentando con mezclas hasta que obtuvo el producto final. En ese proceso, muchas amigas y familiares la alentaron a impulsar su negocio, le ayudaron con el diseño y el nombre de su marca, recuerda la sacó cuando mezcló  las palabras trufas y adictas.

La inversión que realizó inicialmente fue de $70, destinados para la adquisición chocolate, mantequilla, leche entera, etc. Según ella, las trufas que prepara son diferentes a las que se venden en el mercado. Ella las elabora en la cocina de casa ubicada en la Urbanización Los Olivos, sector Los Ceibos. Además indica que la textura, que es lo que uno siempre busca en estos dulces, se debe a las ganas que le pongo para impulsar el proyecto.

Actualmente Núñez, analiza estudiar Marketing y Relaciones Publica en Estados Unidos o Argentina. “Creo que haré una pausa –a las trufas-, si mi mamá no puede continuar con el negocio porque quiere estudiar fuera del país”.

Su carrera universitaria la comenzaría en agosto próximo, por lo que ahora se prepara para llegar sus trufas a las empresas por navidad. “Estoy analizando promocionar mis productos en empresas por navidad, para ver cómo me va”.

Está será una aventura nueva para ella, porque hasta el momento, todos sus productos son bajo pedido entre amigos, familiares y un pequeño grupo de clientes fijos que tiene. “Estoy emocionada porque me estoy abriendo paso con mis producto. Las venta de trufas nació por una necesidad que ahora se ha convertido en mi negocio”.

Camila reconoció que este negocio la ha vuelto responsable y dedicada. “Muchas veces me he perdido fiestas porque tengo que entregar un pedido, pero lo disfruto mucho”. (DO/La Nación)