Un ejemplo de masculinidad
María Verónica Vernaza G./ Guayaquil
Aunque san José tenga un papel secundario en la vida de Jesús, este personaje da para muchas reflexiones. El Papa Francisco no solo le ha dedicado una carta apostólica llamada Con Corazón de Padre escrita en diciembre del 2020 conmemorando los 150 años de la declaración de san José como Patrono de la Iglesia Universal por parte del Papa Pio IX, sino que también le ha ofrecido doce catequesis entre noviembre del 2021 a febrero del 2022. San José tiene dos fechas claves a lo largo del año litúrgico: la solemnidad del 19 de marzo y la memoria del 1ro de mayo.
San José interviene activamente en la infancia del Salvador: recibe a través de un sueño el origen divino de la maternidad de María; está presente en su nacimiento en Belén, en la adoración de los pastores y en el homenaje de los reyes magos; lo circuncida a los ocho días y le pone el nombre de Jesús; lo presenta en el templo y lo rescata con la ofrenda de los pobres; escuchó las profecías de Simeón y de Ana; mediante otro sueño traslada a la Madre y al Hijo a Egipto para refugiarse de la furia de Herodes y con otro sueño regresan a Nazaret; lleva al Niño al templo para las fiestas de Pascua y seguramente se desespera al perderlo por tres días; ejerce su autoridad paterna mientras Jesús crecía en sabiduría, estatura y gracia.
San José era un hombre justo, según la biblia y es por eso que sorprende a más de uno que él haya querido repudiar a su esposa. San Bernardo nos dice: “se juzgaba indigno y pecador, y pensaba que no debía convivir con una mujer que le asombraba por la grandeza de su admirable dignidad… como no podía penetrar en el misterio, determinó dejarla”. María fue una doncella de grandes virtudes y san José sabía de la integridad de la Virgen, así que lo que le preocupaba era no poder estar a su altura.
María es el “Arca de la Nueva Alianza”. Uno de los hombres del rey David, Uzá, que llevaba el Arca de la Alianza de regreso a Jerusalén muere solo con tocarla. Al ver esto, David, que danzada al frente del Arca con la comitiva, exclama con miedo: “¿cómo voy a llevar a mi casa el Arca de Yahveh? San José, conocedor de la escritura, intuyó la gran responsabilidad a la que estaba llamado, ya que en el vientre de María se encontraba el Santo de Todos los Santos.
La devoción a san José sin duda va creciendo. Le dedicamos los días miércoles en su honor, las letanías, la corona de los siete dolores y los siete gozos, la consagración de los 33 días, los siete domingos antes de la solemnidad… San José es un modelo para todos, pero sobre todo para los padres, para que sepan educar a sus hijos en la verdadera masculinidad, la que es guía y protección para sus seres más queridos a pesar de las adversidades.