Cecilia Scordo

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@Ceciliascordo

Sin duda el blanco es un color que nunca pasa de moda. Está siempre vigente, ya no sólo como el color neutro que permite combinarse con cualquier estampado, sino también porque ha llegado a plantear todo un estilo, el Total White. Un look que pisa fuerte en los días de verano, invadiendo pasarelas, vidrieras y vestidores.

Los diseñadores apuestan por este tono acromático para dibujar siluetas lisas y pulcras con prendas que sirven para todo tipo de ocasiones. La versatilidad del blanco se renueva año tras año y trasciende.

El Total White es extremadamente femenino y resulta un comodín todo terreno que se adapta tanto a la vida urbana en el alto verano como a las vacaciones cerca del mar. Queda perfecto de día y en ocasiones informales dando paso a telas como el lino o los mismos jeans blancos (o short) y una camiseta tipo musculosa de morley (las más clásicas) o una camisa. Y las que prefieren una onda más hippie chic también pueden sumarlo con una maxifalda de encaje y un top con volados al crochet.

Por las noches, si nos animamos, un palazo de gasa y un top también en la misma tela. Y ni hablar de los vestidos largos tipo bohemios que llevan estampas en el mismo blanco, increíble, súper sensuales y transmiten una frescura y naturalidad que cautiva. Los brillos son los aliados obligados para el blanco extremo. Canutillos al tono se lucen en vestidos y tops, aunque también se permite jugar con oro y plata.

El Total White es ideal para llevarlo con accesorios también en blanco: zapatos (desde franciscanas playeras hasta peep toes urbanos), carteras en todos los tamaños y diseños, capellinas y sombreros masculinos, pañuelos, cintos, sobres y anteojos hacen su juego. A mí me resulta súper chic combinarlo con calzado color chocolate o plateado si queremos darle un toque más arreglado. Es un estilo muy noble que simboliza cierta inocencia por eso nos exige estar maquilladas también muy naturales e igualmente estarás súper sensual.

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