Tecnociencia

Toda la magia de Disney a bordo de un crucero

Actividades para grandes y chicos, musicales, muchos personajes y muy buena gastronomA�a.

La cubierta que hasta hace unas horas era un plA?cido lugar para tomar sol y darse un chapuzA?n en la pileta de Goofy, o disfrutar de una pelA�cula en la pantalla gigante al aire libre comiendo una porciA?n de pizza, se ha transformado radicalmente. Decenas de piratas se lanzaron al ataque y sacuden sus espadas de plA?stico -algunas tienen luces que titilan, otras llevan la firma de Jack Sparrow- compenetrados en la batalla. Con barbas tupidas y oscuras que se lavan con agua y jabA?n, y tremendas cicatrices en cejas y cachetes dibujadas minutos antes en el Oceaneer Club -el club de niA�os-, estos mini piratas avanzan, gritan, saltan, retroceden, buscan alianzas, tropiezan y vuelven al ataque, mientras madres, padres, abuelos o tA�os les toman fotos embelesados ante tanta bravura… y rogando que ninguno salga malherido.

Siete y media en punto de la tarde, tal como estaba anunciado en el diario de a bordo, una calavera en la pantalla y bandas de piratas a�?buenosa�? y a�?malosa�? aparecen con micrA?fonos en el escenario: a�?Pirates IN the Caribbeana�?, la gran fiesta pirata, acaba de comenzar.

AsA� empieza la fiesta pirata.

El sector central de la cubierta 9 estA? colmado y tambiA�n hay mucha gente acodada en las barandas del piso 10. Todos quieren disfrutar, mA?s cerca, mA?s lejos, de una de las mejores fiestas de a bordo. Hay familias enteras ataviadas para la ocasiA?n, que parecen haber escapado de alguna pelA�cula.

Minutos mA?s tarde, con Mickey disfrazado de pirata lanzA?ndose en tirolesa desde una de las chimeneas del barco con el objetivo de salvar el crucero, se disparan los entusiastas gritos de la multitud… que se quintuplican con los fuegos artificiales en medio del mar y un final a puro baile.

Estamos en el Disney Magic, uno de los cuatro barcos de la flota de Disney Cruise Line que, en esta oportunidad, parte de Miami, Estados Unidos, para completar un itinerario de 5 noches con escalas en Cozumel (MA�xico) y Castaway Cay, la isla privada de Disney en Bahamas.

El Magic tiene capacidad para 2.700 pasajeros (al igual que el Disney Wonder; mientras que los dos barcos mA?s nuevos, Fantasy y Dream, tienen capacidad para 4.000 pasajeros) y su estilo podrA�a definirse como a�?clA?sico modernoa�?. Rescata el legado de los transatlA?nticos de otras A�pocas, pero utiliza toda la tecnologA�a de estos tiempos. Incluso, mantiene dos chimeneas, aunque una es solo de utilerA�a. En cifras, el Magic tiene 84.000 toneladas, 11 cubiertas, 875 camarotes (262 interiores, 613 con vistas exteriores, el 70%) y 950 tripulantes de mA?s de 60 nacionalidades. Y una Bibbidi Bobbidi Boutique, donde los chicos llegan acompaA�ados por mamA?s y papA?s para que los peinen y maquillen como tal o cual princesa, pirata, superhA�roe o superheroA�na.

Agenda a medida

Este viaje estA? marcado, en parte, por los destinos de playa y la onda caribeA�a, pero tambiA�n por la agenda de la vida a bordo. PodA�s dormir hasta la hora que quieras, quedarte panza arriba tomando sol o comer y comer sin parar.

O podA�s organizar tu viaje con actividades de la maA�ana a la noche segA?n tus gustos y expectativas. Ver una peli -la gran novedad de esta salida que es a�?Black Panthera�? (a�?Pantera Negra), incluyendo versiA?n 3D, pero tambiA�n hay clA?sicos como El Rey LeA?n, Cenicienta o Cars-, aprender a dibujar un superhA�roe, participar de una Trivia, delizarte por el tobogA?n de agua Aqua Dunk cuantas veces quieras, hacer experimentos pegajosos en el club de niA�os con un cientA�fico loco, jugar al bA?squet o al ping pong en la cubierta, participar en un desafA�o de videojuegos, cocinar al ritmo de Ratatouille, pintarte la cara, analizarte la huella del pie en el spa o dedicarte a sacarte fotos con todos los personajes que se te ocurran y, de paso, pedirles un autA?grafo.

En distintos horarios y rincones, ahA� estA?n Mickey y Minnie, Pluto, Chip y Dale, una variedad de princesas, Daisy, CapitA?n AmA�rica, Jake el pirata o Goofy (TribilA�n), por nombrar algunos. Y a diferencia de los parques Walt Disney World Resort en Orlando, donde para algunos personajes las colas pueden ser infinitas, aquA� es mA?s fA?cil acercarse.

Este recorrido puntual del Disney Magic -que en mayo rumbearA? hacia Europa para cubrir la temporada de verano- tiene varios condimentos especiales. Por un lado, incluye el Marvel Day at Sea, un dA�a de navegaciA?n dedicado a los superhA�roes. Hay encuentros con Thor, Spiderman, Black Panther, Iron Man y CapitA?n AmA�rica, espectA?culos y actividades temA?ticas y una fiesta nocturna en la cubierta dedicada a los superhA�roes: convoca multitudes con una historia de superhA�roes y villanos que combina movimientos en la cubierta y escenas grabadas en otros espacios del barco. Y otra vez, culmina a toda mA?sica entre aplausos, sonrisas y flashes.

DecA�a que este recorrido se destaca por varias cosas. Y el segundo punto es que el Disney Magic puede ser el barco mA?s antiguo de la compaA�A�a -se inaugurA? en 1998-, pero no se nota.

Con innovaciones y renovaciones constantes, el 9 de marzo pasado concluyA? su A?ltima puesta a punto, volviA? a hacerse a la mar y, como no podA�a ser de otro modo, trajo novedades. La primera es el nuevo restaurante Rapunzela��s Royal Table, que vino a reemplazar a Cariocaa��s.

Combina gastronomA�a y entretenimiento en vivo, ya que los personajes cantan y circulan entre los comensales. Y todos estA?n dispuestos a tomarse fotos, incluidos los rufianes del Snuggly Duckling, el pub al que Flynn lleva a Rapunzel (y donde cantan la famosa canciA?n a�?I have a dreama�? o a�?Mi sueA�o ideala�?). La puesta en escena incluye iluminaciA?n con linternas flotantes y los dibujos que solA�a hacer Rapunzel cuando estaba encerrada en la torre. La cena aquA� es imperdible.

Por otro lado, Vibe -el club para adolescentes de 14 a 17- se transformA? en un loft con bar cafeterA�a, batidos, videojuegos nuevos y viejos (A?tienen el Pac-Man!) y proponen desde jugar a ser DJ, hasta crear los propios cortos cinematogrA?ficos.

Para adultos -es importante mencionar que el barco tiene un sector dedicado exclusivamente a los mayores de 18 aA�os- se incorporA? el Cove CafA�, diseA�ado al estilo tropical, donde se puede pedir un cafA� o tA� especial, una copa de vino o un cA?ctel. AquA� tambiA�n se realizan, por ejemplo, catas de bebidas (costo aparte).

Todo es cuestiA?n de detalles

La magia de Disney existe porque no hay detalle que se pierda de vista, nada queda librado al azar y el cuidado de la fantasA�a es muy importante. Uno de los rufianes de la historia de Rapunzel se niega a firmar un autA?grafo, pero jamA?s te dirA? que no quiere, no puede o no tiene tiempo… sino que a�?A�l no sabe leer ni escribira�?. Si las ardillas Chip y Dale no aparecen para las fotos a la hora pautada, la excusa serA? que a�?se estA?n peleando por una nuez y vendrA?n cuando resuelvan sus diferenciasa�?.

Desde el momento en que uno pone pie en el puerto de Miami, aun antes de abordar, Disney marca el camino. Para ingresar al control de seguridad y luego de documentaciA?n, un hombre con una enorme mano de Mickey indica por dA?nde seguir… y no se priva de chocar manos. Las tarjetas para ingresar a los camarotes -que funcionan como una suerte de DNI a bordo y tarjeta de crA�dito- tienen a Mickey vestido de capitA?n.

Mientras uno se acerca al barco, el entusiasmo crece y te cruzA?s con otros pasajeros -grandes y chicos- vestidos para la ocasiA?n con remeras de Disney, vinchas de Minnie y otros accesorios por el estilo. El viaje es una fiesta desde el primer momento.

Ya casi estamos. Las chimeneas con la silueta del ratA?n mA?s famoso de la historia que veA�amos desde lejos estA?n allA�. Y a Goofy se lo ve pintando el casco del barco.

Te anuncian por micrA?fonos al ingresar en el barco como si estuvieras entrando en una gran fiesta de otra A�poca y te aplauden, hay toures para novatos por las distintas cubiertas, y ya estA? abierta la inscripciA?n para los espacios de bebA�s (Ita��s a Small World Nursery), chicos (Oceaneer Club y Lab), preadolescentes (Edge) y adolescentes (Vibe)… y ya se puede comer. Hay que ubicarse para ir de un lado al otro, para llegar. Los principiantes no sabemos muy bien para dA?nde ir, pero siempre hay alguien dispuesto a ayudar. Los camarotes reciA�n estA?n listos a las 13.30. Si ya estA?s a bordo y es temprano, podA�s almorzar en Cabanas, un restaurante estilo buffet, con una muy interesante variedad de platos frA�os y calientes en el deck 9 y con mesas bajo techo y otras en la zona exterior con sol y brisa marina.

Juegos en el Oceaneer Lab.
Juegos en el Oceaneer Lab.

En el camino al restaurante seguramente ya viste mil cosas que agendaste mentalmente para hacer: pasaste por la pileta y el sector de juegos de agua, dan la pelA�cula a�?Cocoa�? en el Buena Vista Theatre y tambiA�n a�?A wrinkle in timea�? (Un viaje en el tiempo) que estA? en cartel en la Argentina; te tentaste con alguno de los dos toboganes de agua, querA�s subir y bajar por los ascensores vidriados y los chicos piden quedarse un rato mA?s en la trepadora de Toy Story dentro del Oceaneer Club o quieren intentar, otra vez, amarrar el barco al muelle en una pantalla enorme con timA?n en el Oceaneer Lab. La pulserita que les ponen a los menores tiene grabado todos sus datos, indicaciones especiales de los padres y hasta una palabra secreta que solo saben quienes estA�n autorizados a retirarlo. Y tiene la forma de la cara de Mickey. Para los que ya estuvieron en los parques de Disney, es una suerte de Magic Band, aunque solo se usa para que el chico ingrese/salga del club de niA�os, un espacio de acceso restringido salvo para determinados momentos en que se hacen actividades compartidas por grandes y chicos.

Una de las actividades del primer dA�a -algo comA?n en todos los cruceros- es el simulacro de emergencia: se anuncia por altavoces en inglA�s y espaA�ol y es obligatorio. No importa quA� estA�s haciendo, al momento de sonar las sirenas hay que tomar la tarjeta de ingreso al camarote (una por cada huA�sped) y dirigirse a la estaciA?n asignada. TomarA?n lista cabina por cabina, formarA?n a los pasajeros en hileras, darA?n unas explicaciones… A?y vA�a libre a disfrutar!

Del camarote al teatro

Las toallas tienen la cara de Mickey, los amenities -champA?, acondicionador, jabA?n, crema humectante, etc- tienen diferentes personajes de Disney y hasta la bolsa de la lavanderA�a es de Mickey. Las cabinas (asA� le dicen a los camarotes en jerga crucerA�stica) son estilo familiar. Tienen, en su mayorA�a, dos baA�os: uno con inodoro y lavabo; el otro, ducha con baA�era y lavabo.

Pero ademA?s, hay espacio bajo la cama para ubicar maletas u otros objetos voluminosos que puedan obstaculizar la circulaciA?n, una cortina que separa la cama doble -A?muy cA?moda!- del sillA?n que se convierte en cama, se ofrece la posibilidad de contar con cabinas conectadas en caso de grupos numerosos y un detalle mA?s: hay wave phones, dos telA�fonos inalA?mbricos que permiten a los pasajeros comunicarse entre sA� o que la tripulaciA?n se comunique con el pasajero.

Si dejaste a tu hijo jugando en el Oceaneer Club o Lab (estA?n interconectados) o a tu bebA� en el sector de Nursery y necesitan ubicarte -porque el nene se quiere ir, porque extraA�a, porque el bebA� llora mucho o porque se golpeA? jugando-, te llaman o envA�an un mensaje para que te acerques al lugar.

Pero lo cierto, hay que decirlo, en el camarote uno estA? poco y nada. Hay tanto para hacer que, por momentos, no podA�s creer que estA?s duchA?ndote a las corridas porque ya van a ser las seis de la tarde y en el Walt Disney Theatre -nivel 4, capacidad para 977 espectadores- estA? por empezar alguno de los espectA?culos y no te lo querA�s perder: a�?Twice Charmed, an original twist on the Cinderella Storya�? (una versiA?n diferente de Cenicienta, con final feliz, claro), a�?Tangled: The Musicala�? (la primera adaptaciA?n musical de la pelA�cula a�?Enredadosa�?, que cuenta las aventuras de Rapunzel y Flynn Rider; imperdible, muy divertida y dinA?mica) o a�?Disney Dreams… an enchanted classica�? (un cuento de hadas para los nostA?lgicos que incluye la participaciA?n de Peter Pan, La Bella y La Bestia, Aladino, Cenicienta, Ariel y otros personajes inolvidables de Disney). Son musicales estilo Broadway, producciones con muy buenas actuaciones y efectos especiales.

Los shows, uno por dA�a, se repiten en dos horarios al igual que las cenas en los restaurantes temA?ticos que se asignan por turnos para organizar las tardes/noches. MA?s allA? de que podA�s comer una pizza en Pinocchioa��s Pizzeria, una hamburguesa en Duck in Dinner en la cubierta 9 o pedir room service a cualquier hora del dA�a (no tiene costo extra), las cenas en los restaurantes asignados cada noche son en el ya mencionado de Rapunzel, en Lumierea��s (con la ambientaciA?n de La Bella y La Bestia) y Animatora��s Palate (los cuadros son, en realidad, pantallas planas en las que se muestran los esbozos de diferentes dibujos de Disney). En estos restaurantes hay menA? con entrada, plato principal y postre -A?hay helados de palito con forma de Mickey!- y un grupo de mozos que rota de restaurante en restaurante siguiendo a a�?susa�? comensales, cuya atenciA?n es muy destacable. Para los chicos es una experiencia que disfrutan mucho porque siempre encuentran un vaso con su nombre, una hoja de dibujos para pintar, juegos, acertijos -en inglA�s- y alguna sorpresa mA?s. Nuestras noches estuvieron acompaA�adas por Bradford, que no sA?lo nos hablaba en espaA�ol, sino que tambiA�n se las ingeniaba para sorprender con algA?n truco de magia.

Isla de ensueA�os

Con varias horas de diversiA?n a bordo, un dA�a de playa en Cozumel -una de las escalas- y todo grabado en la memoria (y en la galerA�a de imA?genes del celular), llega el A?ltimo dA�a del itinerario. El viento sopla y las olas agitan el mar. El dA�a estA? soleado, hermoso y todos los cruceristas bajan temprano a desayunar con los bolsos listos para desembarcar a primera hora: el Magic estA? frente a la costa de Castaway Cay, la isla privada de Disney en territorio de Las Bahamas. La vimos desde el balcA?n del camarote: el agua azul, las arenas blancas, en fin, todo lo que uno espera en una isla de ensueA�o.

Pero el capitA?n anuncia que el oleaje no le permite maniobrar, que volverA?n a intentar en un rato. RA?pida de reflejos, Lesley, la directora del crucero, anuncia todas las actividades que se pueden hacer, las originalmente planeadas y las nuevas que se suman frente a la contingencia. Muchos optamos por estirar el desayuno, nos servimos otro cafA�, probamos un waffle con cara de Mickey y le echamos un chorrito de syrup (jarabe dulce), agarramos un omelette, sumamos unas salchichitas, quesitos, salmA?n ahumado. Vamos a la zona de frutas y cereales y cargamos un bowl con melA?n, ananA? y sandA�a, echamos yogur y salpicamos con semillas y hojitas de almendra. Otros van en busca de mA?s fotos con personajes, que salieron a escena rA?pidamente. Y todos cruzamos los dedos muy fuerte porque si hay un lugar donde todos quieren desembarcar es, justamente, Castaway Cay.

La isla, antiguamente conocida como Gorda Cay y adquirida por Disney a mediados de la dA�cada de 1990, a�?se arma y desarmaa�? para el crucero. La poblaciA?n estable es mA�nima, como para mantener el lugar que tiene espacio para un solo barco por vez. Sin embargo la isla es mucho mA?s grande de lo que se usa. Frente a los planes de expansiA?n de la compaA�A�a que ya mandA? a construir nuevos barcos que estarA?n listos a partir de 2021, A?extenderA?n los atractivos en esta zona? Por ahora, no se sabe.

Anuncian que volverA?n a intentar la maniobra. Cuando el capitA?n logra arrimar al muelle y el barco estA? amarrado, dan ganas de darle un abrazo por el esfuerzo. Bajamos corriendo rumbo a la salida, entre las risas y el gran alivio de la gente que se ve en sus caras. Ahora sA�, el dA�a de playa estA? garantizado.

En la isla cada cosa estA? en su lugar, como en los parques. El spot para la foto de escenario idA�lico, la casilla de correos para mandar postales desde este recA?ndito lugar del mundo, el tren con ruedas que te acerca en pocos minutos hasta la zona de playas por si no querA�s caminar, tenA�s movilidad reducida o vas con chicos muy pequeA�os.

Y todo estA? ahA� para que disfrutes sin estrA�s, sin amontonamientos. Cientos de reposeras, con palmeras y sombrillas, bicicletas relucientes que podA�s alquilar para dar una vuelta a la isla o estirar las piernas, estaciones de agua fresca y potable distribuidas en varios lugares para hidratarte sin moverte demasiado, locales que te alquilan equipo de snorkel si querA�s descubrir la fauna bajo el agua y los secretos de la Snorkelling Lagoon. Hay tiendas de helados, merchandising, ropa, una playa solo para adultos (Serenity Beach) y hasta podA�s alquilar unas cabaA�as para pasar las horas de escala.

Entre granitos de arena y restos de protector solar, regresamos al barco. Es tiempo de levar anclas, guardar todo en las valijas y poner punto final a esta fantA?stica aventura.