Opinión

Tiempos dorados de las redes sociales

Lic. Denisse Casalí L.

denissecasali@gmail.com

@denissitacl

Tener cuentas activas en redes sociales sin meterte en problemas es todo un lujo en nuestro medio actualmente.

Extraño esos días donde existían redes sociales sin complicaciones, con fotos llenos de figuritas y letras de glitter (significado de brillo en inglés) que expresaban cualquier cosa que sintieras en ese preciso momento, recuerdo en ese entonces que Twitter o Facebook no estaban ni cerca de existir, y a cambio teníamos acceso a My Space o Hi5 (antiguas redes sociales) para iniciar nuestro contacto con el mundo,  lo más arriesgado en ese momento era subir una imagen donde no salieras tan agraciada y te atrevieras a editarla en paint, sin temor a que se note casi cavernícolamente.

Tiempos dorados en el cyber espacio, cuando nuestros padres aun no desarrollaban la habilidad de indagar en la vida de sus hijos o familia en general, o nuestros abuelos no entendían de que se trataba una red social y mi mamá aun no aprendía como vincularse con sus amigos – y los míos también- en estas plataformas que ahora resultan ser la ventana del mundo para todos: chicos, grandes, jóvenes, no tan jóvenes, empresas, instituciones públicas, organizaciones especiales, fundaciones etc.

Hoy manejar una red social requiere pinzas, cuidado, atención, hasta puedes corregir o editar lo que escribiste hace una hora, para que tu conciencia crea que no metiste tanto la pata respecto alguna situación. El tema se vuelve en nuestro medio cada día un campo más estrecho, de terrenos peligrosos y que pueden servir en cualquier momento como una munición en contra del usuario que lo maneje; los temas que trates, las fotos que subes, los amigos que agregas pueden ser armas que fácilmente determinen tus acciones y gustos sociales, políticos, religiosos entre otros como una etiqueta adhesiva permanente.

Aquella cuenta que alguna vez habilitaste con la finalidad de compartir momentos, tendencias, ideas o sencillamente tu forma de pensar, ahora pueden traer consigo graves demandas, persecución política e incluso amenazas de alto calibre contra el usuario o su familia. ¡Muy engorroso esto de tener redes sociales ahora! Cuando nos registramos –estoy segura- fue por mera diversión y no por querer generar en nosotros ese temor que adquirimos ahora del qué dirán de esta u otra publicación o qué pensarán si posteo esta foto.

Prefiero que las cosas vuelvan a ser como en el dos mil cinco cuando los gobiernos apenas tomaban en cuenta este tipo de plataformas, o las empresas no buscaban vender a través de molestas publicidades sus productos constantemente, donde nadie entendía que significaba la palabra trol o el daño que podían alcanzar sus acciones en usuarios y lectores; extraño esa actitud de indiferencia y apatía ante los asuntos propios o los sociales (significado de quemeimportismo) en esta nueva era de constante lucha por la libertad en el uso de las célebres redes sociales.

Las opiniones vertidas en el medio son de responsabilidad del autor.