Antonio Aguirre

Los diálogos ya fueron realizados, durante aproximadamente cinco meses hubieron reuniones con casi todos los sectores que querían exponer al Presidente sus necesidades y la petición de reformas que nos alejen del socialismo corrupto y corruptor. Hasta hoy ha sido como la marcha del cangrejo, hacia atrás, seguimos metidos en el continuismo que como van las cosas nos llevará al despeñadero.

Las Cámaras de Guayaquil que parecería que recién se estaban despertando de su largo sueño y recién se decidieron a defender sus derechos menoscabados en la década corrupta, les acaban de asestar un tremendo golpe al negarle las medidas cautelares interpuestas sobre la nueva tasa del servicio aduanero  en un juzgado en Guayaquil. La solución más idónea es el retiro inmediato de  todo el frente económico que continua con la manía impositiva del anterior Gobierno.

Nunca se debe dejar de dialogar con todos los sectores y en hora buena esa es la filosofía del gobernante, que después de haber escuchado a todos los sectores está en la obligación  histórica de cumplir con todos los ofrecimientos, que por ahora no se cristalizan mientras los ciudadanos empiezan a desesperar por la falta de las decisiones progresistas del Ejecutivo.

Estamos llegando a la octava parte del período Presidencial, arribando a la hora de actuar en beneficio de un país que está al borde del colapso económico y lo más importante, es que se cumpla con todo lo ofrecido que  todavía no han tenido realización positiva.

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