Quito busca erradicar el acoso sexual en el transporte público
“Cuéntame”, es la campaña que impulsa la alcaldía de Quito para frenar el acoso sexual en el transporte público.
QUITO. El acoso sexual mientras se transportan es un problema que viven diariamente las ecuatorianas. En la ciudad de Guayaquil, el Municipio inició los estudios para implementar transportes –metrovía – exclusivos para mujeres, ahora Quito se alza ante esta problemática a través de la colocación de cabinas de auxilio para las mujeres.
Según explicó la vicealcaldesa de la ciudad capital, Daniela Chacón, dichas cabinas permitirán la comunicación con profesionales que escucharán y darán apoyo psicológico y legal a las víctimas.
“Lamentablemente se ha vuelto normal esta situación”, aseguró la funcionaria al mismo tiempo que rechazó el hecho de que la forma de vestir de una mujer o la aglomeración en el transporte, se usen como justificativo para el acoso.
La campaña «Cuéntame» busca generar una «cultura de respeto y no violencia» y que las víctimas, hombres o mujeres, pierdan el miedo a denunciar, pero también apunta a incentivar a los testigos para que «alcen su voz y ayuden a identificar a los agresores».
Basada en encuestas realizadas por la ONU y por el Municipio, indicó que el 80 % de las mujeres en la capital ecuatoriana «tiene miedo de utilizar el transporte público» y que a una de cada cuatro de entre 25 y 40 años les han «tocado sus partes íntimas en el transporte público».
Además, el 67 % de las mujeres ha sido agredida «de manera sexual verbalmente», en tanto que el 65 % ha sufrido alguna violencia o acoso sexual y se ha cambiado de sitio en el autobús como respuesta.
Consideró que ello sucede porque una mujer violentada se convierte en un ser «muy vulnerable y tiene miedo», no sabe de qué es capaz el agresor ni si quienes la rodean la van a apoyar o a juzgar.
Apuntó que esto es una realidad que sucede en distintas partes del mundo y que se ha enfrentado con diversas modalidades: transportes solo para mujeres o agentes vestidos de paisanos, entre otros.
Por su lado, en Quito han decidido afrontar «el miedo de las mujeres a denunciar», comentó Chacón al señalar que lo que buscan es «empoderar a la mujer para decir ‘basta'».
«Lo que queremos es brindar un espacio seguro» para que los ciudadanos que han sido «agredidos sexualmente» puedan denunciar el hecho con un acompañamiento legal y psicológico, dijo al comentar que hasta el momento han recibido medio centenar de denuncias y dos de ellas ya han seguido una trayectoria legal.
«Cuéntame», que comenzó hace un mes, incluye cinco cabinas, que funcionan todos los días desde las 06.30 hasta las 21.00 horas, y que están colocadas en las estaciones de transporte público de mayor afluencia en la capital ecuatoriana.
«Somos pioneros en el país, en la región con este tipo de respuesta para el problema del acoso sexual en el transporte público. Nosotros no hemos querido implementar segregación en los buses (…) sino brindar un espacio seguro con apoyo psicológico y legal a la víctimas», insistió.
Subrayó que es fundamental aprender a convivir y respetar a todas las personas sin necesidad de segregar a nadie.
«No es excusa, no importa cómo este vestida una mujer, nadie, absolutamente nadie, tiene derecho de violentar nuestra intimidad», subrayó Chacón, consciente de que es un problema que no se solucionará de forma inmediata pero que es indispensable hablar del mismo para hacerlo visible.
El Municipio calcula hasta el momento una inversión de 150.000 dólares anuales para mantener el programa con las cabinas, aunque Chacón aspira a que con el tiempo los habitáculos ya no sean necesarios pues se busca que la sociedad camine junta a una cultura de cuidado, respeto y solidaridad.
Pero por el momento, la realidad es otra: la violencia de género esta «generalizada», denunció Chacón al apuntar que, de acuerdo con estadísticas que maneja ONU-Mujeres, siete de cada diez mujeres «sufren de violencia de género en Ecuador». (Efe/La Nación)