El técnico argentino-boliviano se defiende de las críticas y asegura que el tema de la camiseta fue un error involuntario de Miller.

GUAYAQUIL. Tiene bronca y no la oculta. En cada palabra masticada, en cada gesto o mirada, se evidencia un sesgo de rabia en Gustavo Quinteros. El director técnico de Emelec no comprende ni comparte las críticas recibidas por parte de un sector de la prensa e hinchada que objeta el comportamiento del volante Miller Bolaños.

“Miller nunca pensó que su hermano le rompería la camiseta después de haber intercambiado una en el primer tiempo. No debió hacerlo, era nuestro mejor jugador”, justifica el entrenador. “Hay que preguntarle a Alex Bolaños qué fue lo que pasó” cuando su hermano le pidió la camiseta en el entre tiempo y después en la segunda mitad, en la que se rompió la que el 23 de Emelec llevaba puesta.

Quinteros tiene su propia visión de la situación. Según él, los que reclaman no saben analizar bien el fútbol y presionan sin fundamentos. “En primer tiempo Emelec fue muy superior. En el segundo tiempo debido a los cambios, hay que reconocer que Barcelona fue superior. Ellos aprovecharon el cambio obligatorio que tuvimos que hacer. Qué pena que esos que critican no se den cuenta que Emelec jugó bien”.

Pero el técnico argentino también hace autocrítica. Reconoce que los azules se desconcentraron entre sus líneas. “El gol fue un error nuestro, nosotros perdimos el partido, no nos superaron futbolísticamente durante todo el partido fuimos mejores, pero ellos lamentablemente ellos marcaron el gol”.

Quinteros sabe que en Emelec dispone de un plantel rico en individualidades. Por eso mañana, ante River Plate de Uruguay, espera pasar aquella dura prueba, y silenciar a aquel sector de la hinchada que lo insulta y critica sin comprender su idea futbolística. (DO/La Nación)