A?CA?mo y quiA�nes se hacen adictos a las redes sociales?
Las redes sociales y los sistemas de mensajerA�a son atractivos para los jA?venes porque su sistema de funcionamiento implica la respuesta rA?pida, las recompensas inmediatas y la interactividad. El uso, en principio, es positivo, siempre que no se dejen de lado el resto de las actividades propias de una vida normal (estudiar o trabajar, hacer deporte, practicar las aficiones, salir con los amigos o relacionarse con la familia). Otra cosa es cuando el abuso de las redes sociales provoca alejamiento de la vida real, induce ansiedad, afecta a la autoestima y hace perder capacidad de autocontrol.
Una cosa es el mal uso de las redes y otra la adicciA?n. El tA�rmino de adicciA?n a las redes sociales es controvertido porque no figura como tal (de momento) en las clasificaciones psiquiA?tricas. Sin embargo, mA?s allA? del mal uso, se puede hablar de adicciA?n cuando su utilizaciA?n supone una pA�rdida de control, una absorciA?n a nivel mental y una alteraciA?n grave en el funcionamiento diario de la persona afectada. El adicto disfruta de los beneficios de la gratificaciA?n inmediata, pero no repara en las posibles consecuencias negativas a largo plazo. Por ello, el abuso de las redes sociales puede facilitar el aislamiento, el bajo rendimiento, el desinterA�s por otros temas e incluso los cambios de conducta (por ejemplo, la irritabilidad), asA� como el sedentarismo o las alteraciones del sueA�o.
La adicciA?n acaba por consolidarse cuando se produce un uso abusivo descontrolado, aparecen sA�ntomas de abstinencia (ansiedad, depresiA?n, intranquilidad) ante la pA�rdida temporal de conexiA?n, se establece la tolerancia (es decir, la necesidad creciente de aumentar el tiempo de conexiA?n) y de ahA� derivan consecuencias negativas para la vida cotidiana. En estos casos el sujeto muestra un ansia por las redes sociales y se produce un flujo de transrealidad que recuerda la experiencia de las drogas. Es decir, surge un efecto bola de nieve: los problemas se extienden a todas las parcelas de la persona afectada (salud, familia, escuela/trabajo y relaciones sociales).
Conectarse a las redes siempre que sea posible, meterse en Internet nada mA?s levantarse y ser lo A?ltimo que se hace antes de acostarse, asA� como reducir el tiempo de las tareas habituales, tales como comer, dormir, atender las obligaciones o charlar con la familia, configuran el perfil de un joven adicto a las redes sociales
En algunos casos hay ciertas caracterA�sticas de personalidad o estados emocionales que aumentan su vulnerabilidad psicolA?gica: la impulsividad; el malestar emocional; la intolerancia a los estA�mulos negativos, tanto fA�sicos (dolores, insomnio o fatiga) como psA�quicos (disgustos, preocupaciones o responsabilidades); y la bA?squeda exagerada de emociones fuertes.
(Enrique EcheburA?a, catedrA?tico de la Universidad del PaA�s Vasco/ El PaA�s)