Que penosa crisis Latinoamericana
Lic. Denisse Casalí L.
denissecasali@gmail.com
@denissitacl
Latinoamérica sufre una crisis política que avergüenza la región, pareciera que esta nueva generación simplemente se niega a bajar la cabeza frente a las normas de conducta que identifique mejor su ética y moral a la hora de comportarse.
Vivimos momentos críticos y aún no creo que estemos cerca de tocar fondo. ¿Qué sentirán los representantes de este grupo de países latinos al ser señalados diariamente como ejemplos negativos que administran ideas políticas para algunos un tanto erradas, que pensarán en las noches cuando con un vaso de whisky en mano se sientan a recordar lo más destacado de su día y la cantidad de páginas que ocuparon en un mismo medio de comunicación?
Hay quienes han soñado y luchado toda su vida para llegar a ocupar semejante silla, han anhelado el poder y no se han detenido nunca hasta obtener la banda que consagre su retrato oficial en la pared, ambicionando principalmente marcar la diferencia. Sé que algunos en el fondo han querido ser el cambio que querían ver en el mundo, entes de importancia y una gran historia para recordar; sin embargo aquí estamos, leyendo a diario hechos de corrupción desvergonzados, que invaden cada rincón virtual de nuestras vidas, ojeamos vínculos terribles con grupos de contrabando y mafias, ventas irresponsables de recursos propios de un país, disponiendo de ellos de forma inconsciente y desmesurada, hijos aprovechando el momento político de sus padres, implicados en asesinatos, violaciones y así una serie de historias dañinas que sólo nos están convirtiendo en ciudadanos incrédulos y desconfiados eternos, perdiendo así la poca fe que nos quedaba en gobiernos y grupos de poder.
Ahora sólo queda preguntarnos qué fue lo que cambió, y cuando pasó. ¿Cómo nos hemos convertido en aquellos monstruos que de niños odiábamos tanto, que no nos dejaban dormir pensando que en cualquier momento saldrían del closet o de lo más profundo de tu cama? ¿Cómo perdimos el horizonte y su forma, cuándo la soberbia le ganó la guerra a la tolerancia y a la humildad, cuando empezamos a escoger el camino de la mentira disfrazada de verdad?
¿Fueron acaso tantas horas frente al televisor, tantas películas de violencia, opulencia y promiscuidad, o es que tal vez nuestros padres no nos orientaron lo suficiente o fuimos víctimas de la separación familiar; acaso no fuimos queridos lo suficiente en casa, acaso arrastramos miserias en el alma que no nos permiten avanzar sin hacer daño primero; no será que buscamos desarrollar nuestros miedos como un recurso equivocado y de repente vemos que es tarde, ya no hay salida?
Tal vez el problema empezó en casa, y en este momento mientras lees este artículo está creciendo alguien con las mismas falencias de aquellos que hoy protagonizan nuestros noticieros a media noche y en un futuro no tan lejano puede convertirse en la siguiente primera plana de Latinoamérica… Para pensar.
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