Luis Hidalgo Vernaza

luishidalgov@gye.satnet.net

Hace pocos días los cristianos del mundo conmemoramos el nacimiento de Jesús y con dicho acontecimiento renovamos votos de Paz y de Amor entre todos los seres humanos.

El nacimiento del Redentor de la humanidad en un pesebre en la ciudad de Belén, marcó para el mundo el inicio de un cambio que buscaba desechar la violencia, el odio y la esclavitud que imperaba en la faz de la tierra como resultado de la opresión ejercida por los hombres. Han transcurrido algo mas de XX siglos y la humanidad continúa sin encontrar el sendero de la Paz y de la Armonía.

Nuestro país fue considerado por muchos años una isla de paz en donde se podía vivir y trabajar sin que existan factores internos o externos que nos lo impida. Al igual que la humanidad hemos sufrido y experimentado cambios que alteran nuestro diario vivir y que impiden conseguir aquellos sueños que todos anhelamos. Factores políticos han restringido la libertad de prensa, y nuevas ideologías ya desechadas por el mundo sientan sus bases en nuestra tierra.

La delincuencia  unida a la pobreza y a la falta de empleo, ha desatado una ola de violencia que ha afectado duramente a los hogares de los ecuatorianos. Padres que pierden a sus hijos, hijos que quedan en la orfandad, mujeres violadas y condenadas por siempre a cargar su cruz, han sido el factor predominante en el año que esta por terminar.

Que el nacimiento de Jesús traiga a los ecuatorianos la comprensión necesaria para poder vivir la época actual en las que se pierde el rumbo. Que las riquezas materiales y espirituales que necesitamos unida a los deseos de vivir en Armonía entre nosotros mismos y con el resto del mundo, nos depare un hogar lleno de Vida y Amor, son nuestros fervientes deseos.

Las opiniones vertidas en el medio son de responsabilidad del autor