Opinión

Peculados a la carta, en el Municipio de Guayaquil.

Dr. Jorge Norero González/Guayaquil

 

El escándalo de las vallas publicitarias, instaladas clandestinamente por todo el cantón Guayaquil, desnuda una estructura criminal al interior de la actual administración, que no podemos tolerar, dejar impunes y que no puede seguir sin destaparse, para castigarlos con todo el rigor de la ley.

Que hasta el momento la señora Alcaldesa Cynthia Viteri, no haya salido a rendir cuentas sobre este tema específico, esperando que el tema se diluya para no afectar su campaña electoral a la reelección, pone de manera flagrante además otra situación gravísima, esto es: la competencia cómplice de un Concejo Cantonal, integrado por una mayoría oficialista, afín al partido que viene gobernando por décadas la administración municipal, dejando sin fiscalización y rendición de cuentas a la Alcaldesa, en sus atribuciones y competencias excedidas y sin ninguna limitación, por la sumisa, cómplice y desvergonzada actuación de los Concejales.

538 vallas instaladas sin ninguna autorización en la ciudad, es el informe que arroja la Contraloría General del Estado, vallas que además consumían energía eléctrica de manera clandestina, provocaban contaminación visual, no pagaban los permisos por uso de la vía pública, se cuantifica en más de cinco millones de dólares, los dineros que el Municipio ha dejado de percibir y que seguramente la estructura criminal, los debe haber embolsado de manera ilícita y descarada.

Y dónde estaban todos los controles y controladores de la «corporación más seguridad», presidida por el arrogante Gustavo Zúñiga, no pueden alegar que con sus ojos de águila (cámaras de video vigilancia) no vieron cuando se instalaban las diferentes vallas, y nadie tuvo la acuciosidad de llamar al Director de Vía Pública, al Director de Justicia y Vigilancia, a los concejales, a la misma Alcaldesa sobre está temática, enviar a sus agentes para exigir los permisos y autorizaciones respectivas, dónde quedan los comisarios municipales y sus inspectores? ¿Acaso sabían que esas vallas nadie podía tocar o averiguar, porque tenían orden de autoridad superior para hacerse los estúpidos, sordos, ciegos y mudos?

Usted señora Alcaldesa, tarde o temprano tendrá que responder penalmente por éste escándalo y por otros, que se guardan en la refrigeradora, seguramente por la influencia de su círculo familiar y del poderoso partido político al que pertenece, pero por la contundencia de las pruebas que Contraloría ha encontrado, seguramente también llevarán a que la Fiscalía, encauce a todos los autores, cómplices y encubridores, de éstas conductas lesivas al interés de nuestras ciudad, y de los recursos de los contribuyentes…

 

Semper Fi.