Organizaciones sociales de Paraguay piden ley contra castigo físico a menores
En América Latina ya son ocho los países los que tienen una legislación que prohíbe expresamente todo tipo de castigo físico y humillante contra los menores de edad.
ASUNCIÓN. Global Infancia pidió hoy la aprobación de un proyecto de ley que está en el Congreso de Paraguay desde el año pasado y que pretende terminar con el castigo físico a menores, una semana después de que un hombre presuntamente matara a golpes a una niña que tenía adoptada en su casa como empleada doméstica.
«La violencia contra la infancia es una violación de los derechos humanos. Paraguay carece de una ley específica que haga referencia a la protección contra la violencia hacia niños, niñas y adolescentes en todos los ámbitos», manifestó la organización.
Según la sección paraguaya de Global Infancia, proteger a la niñez y a la adolescencia supone «no solamente invertir más en salud y educación, sino prevenir la violencia como práctica común en diversos ámbitos, desde las casas y las escuelas, hasta el mismo sistema judicial».
En América Latina ya son ocho los países los que tienen una legislación que prohíbe expresamente todo tipo de castigo físico y humillante contra los menores de edad: Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Honduras, Nicaragua, Uruguay y Venezuela.
Pero en Paraguay ha pasado ya por siete comisiones del Congreso y sigue sin discutirse en pleno.
Además de urgir al Congreso paraguayo a la aprobación del proyecto de ley de protección contra el castigo físico y trato inhumano y degradante a niños, Global Infancia propone que pase a denominarse «Carolina», en homenaje a la joven asesinada hace una semana en el centro del país.
Se trata de una adolescente de 14 años que murió presuntamente por los golpes que le dio su padrastro, que la tenía como empleada en su casa.
El suceso ha traído al epicentro mediático y político los abusos a menores y la explotación laboral infantil doméstica que en Paraguay se conoce como «criadazgo».
«El criadazgo es una practica aceptada culturalmente en nuestro país, sobre todo son niñas que vienen del interior (el campo) a trabajar en casas de familia que están en la ciudad, sobre todo en ciudades cercanas a la capital», dijo a Efe Mónica Basualdo, psicóloga de Global Infancia.
«Vienen a trabajar no por dinero, sino que se les asegura, supuestamente casa, comida y educación. Una situación que se considera explotación. Una situación análoga a la esclavitud y está penada por ley», declaró.
Según la psicóloga, el «criadazgo» está considerado «una de las peores formas de trabajo infantil».
«Pero como está aceptado culturalmente se percibe como una practica positiva para los niños, entonces la gente no lo denuncia», agregó.
La experta recordó que la costumbre está tan arraigada en Paraguay que han visto hasta casos en que personas pedían a través de las redes sociales «una criadita» para servir en su domicilio.
Para hoy están convocadas una decena de manifestaciones, en Asunción y otras ciudades paraguayas, como condena a los maltratos infantiles y recordar a la menor.
Según el Estudio sobre maltrato infantil en el ámbito familiar, realizado por Unicef en colaboración con la organización BECA (2011), el 61% de los niños y niñas paraguayos reportó algún tipo de violencia física y psicológica.
Aunque seis de cada diez niños declararon ser víctimas de maltratos en el hogar, el 91,9% consideró que tiene una buena relación con sus padres, según esta investigación que abarcó un universo de 132.687 niños, niñas y adolescentes de entre 10 a 18 años de escuelas públicas y privadas, incluyendo indígenas. (EFE/La Nación)