Opinión

ODA A LA BURROCRACIA

 

POR: ERNESTO VERNAZA TRUJILLO

 

Nuestros padres crecieron en una época de timbres y papel sellado. No había manera de comunicarse con el estado ni entre ciudadanos sin contar con estos perversos instrumentos burocráticos. Su eliminación produjo encarnecidos enfrentamientos con empleados públicos que no llegaron nunca a concebir que se eliminaran trabas en la administración del estado.

Ahora los obstáculos surgen de los consejos, las agencias, las secretarías y los institutos que regulan hasta las flatulencias que alguna ingesta de frejoles  causa.

Revisado y visto, he quedado pasmado por la cantidad de organismos burocráticos solo creados para dar trabajo a los adoradores del condenado.

Veamos unas muestras: Instituto de Fomento al Talento Humano; Consejo para la Igualdad de Género; Consejo para la Igualdad de Discapacidades; Instituto Nacional de Preinversión; Consejo para la Igualdad Intergeneracional; Corporación de Desarrollo Afroecuatoriano; Consejo de Desarrollo del Pueblo Montubio; Instituto Nacional de Economía Popular; Instituto de Provisión de Alimentos; Instituto Nacional de Donación y Trasplantes de Órganos; Institutos de Idiomas y Saberes Ancestrales. Cada una de estas torpezas oficinescas tiene al menos 100 empleados.

Están en carpeta la creación del Consejo Nacional del Hueveo, el Instituto de Satisfacción Sexual por Manualidades y la Defensoría  Nacional de Estupideces Recurrentes.

El 20 de enero de este año, es decir hace tan solo tres meses, con un país quebrado, el señor Galo Mancheno, actual director del Consejo de Regulación, Desarrollo y Promoción de la Información y Comunicación, rancio burócrata con 13 años de ejercicio, inventa cientos de cargos públicos comenzando por el Comité de Gestión de Calidad de Servicio y de Desarrollo Institucional; la Vicepresidencia del Consejo de Regulación; Coordinador General de Desarrollo de la Información y Comunicación; Dirección Técnica de Monitoreo a los Contenidos; Dirección Técnica de Regulación; Dirección Técnica de Evaluación de Contenidos; Dirección Técnica de Protección de Derechos; Dirección Técnica de Promoción del conocimiento; Dirección Técnica de fortalecimiento de competencias; Coordinador General de Planificación y Gestión Estratégica; Dirección de Planificación; Dirección de Administración de Procesos; Dirección de Tecnologías de la Información y Comunicación; Coordinación General de Asesoría Jurídica; Dirección de Patrocinio; Dirección de Auditoria Interna; Coordinación General Administrativa Financiera; Dirección Administrativa; Dirección de Administración de Talento Humano; Secretaría General… y siguen los cargos.

Mancheno dirige un organismo de la ley de Comunicación  que  Moreno  desea suprimir.

Lo peor es que el actual Ministro de Finanzas, que resulto un fiasco, aprobó el presupuesto para el éxito de este despropósito.

Lo anterior demuestra de modo inequívoco, que los impuestos que se desean imponer como contribuciones voluntarias al estilo asambleísta, solo servirán para seguir alimentando burocracia inepta,  ineficiente e innecesaria.

Mientras la empresa privada hace grandes sacrificios e inventa novedosas formas para seguir adelante, el cirujano mayor contra la corrupción no  pasa al quirófano, ni disminuye el adiposo y grasiento estado.

Una pena que el gobierno se nutra matando al aparato productivo. Cada día se asemeja más al humor negro del malcriado de Pepito, que un día asesinó a su papá y a su mamá para poder ir a la fiesta de los huerfanitos.