Opinión

NUESTRA REFLEXIÓN DIARIA

Pra. Miriam Florencia/Guayaquil

Y levantando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: Efatá, es decir: Sé abierto. Al momento fueron abiertos sus oídos, y se desató la ligadura de su lengua, y hablaba bien. Marcos 7:34-35

Es muy duro no poder escuchar y hablar, pero el Señor se compadece de las personas que padecen enfermedades y siempre está presto a sanar a quienes lo buscan. Jesús antes de hacer el milagro en la vida de esta persona, gimió con su mirada puesta al cielo, siempre dependiendo del Padre, y exclamó Efatá, palabra hebrea que significa “sé abierto” e inmediatamente fueron abiertos sus oídos y su lengua fue desatada. Así como este sordo y tartamudo fue sanado por el poder de Jesucristo, usted también puede ser sanado de cualquier enfermedad, lo único que tiene que hacer es creer que Jesús llevó cautiva las enfermedades en la cruz del Calvario y que honra la fe de quienes le buscan. Para reflexionar: ¿Cree usted que Jesús tiene poder para sanar sus enfermedades? ¿A quien acude en primer lugar cuando se siente enfermo?