Opinión

NUESTRA REFLEXIÓN DIARIA

Pra. Miriam Florencia L/ Guayaquil

 

Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Apocalipsis 19:11

El Señor Jesús es a quien se refiere el apóstol Juan cuando describe a quien montaba el caballo blanco. La misión que llevó a cabo la primera vez que Jesucristo vino a este mundo fue la de redimir a la humanidad del pecado y de la muerte eterna. Entró a Jerusalén para ser crucificado en un pollino blanco y nos dejó un evangelio basado en el amor y en la gracia y la misericordia de Dios, disponibles para todo aquel que cree que Jesucristo murió y resucitó al tercer día y que vendrá por segunda vez a la Tierra pero esta vez ya no a redimir sino a librar la batalla de Armagedón para llevar a su iglesia a la morada eterna que es el paraíso. Esta segunda vez, el Señor Jesús viene en un caballo blanco, en señal de guerra y es llamado Fiel y Verdadero. Sí Jesucristo es Fiel porque esa es su naturaleza, aunque nosotros seamos infieles Él permanece Fiel y Verdadero porque Él dijo que era el Camino, la Verdad y la Vida. Muchos creen que el Apocalipsis es algo que no sucederá jamás, pero lo cierto es que todo lo que acontece actualmente en el mundo nos debe llevar a pensar que todo lo que está escrito allí está por cumplirse en tiempos muy cercanos. La venida de nuestro Salvador es inminente por esa razón todos debemos estar preparados, porque las señales están dadas, ya depende de cada quien estar vigilantes y creer que son verdaderas o sencillamente pensar que es una fábula. De ninguna manera esto que está escrito es una fábula, porque fue inspirado por el Espíritu Santo, y Él da testimonio de que Jesucristo es el Fiel y Verdadero y que su venida por segunda vez está cerca. Reflexione en esto: ¿Ha leído usted las profecías de los últimos tiempos, el Apocalipsis? ¿Le causa temor leerlas, o se alegra pensando que en un abrir y cerrar los ojos estará frente a su Dios para pasar la eternidad con el Él si es que usted lo ha recibido en su corazón como su Señor y Salvador? ¿Está preparado para ese gran acontecimiento?. Si no es así, hoy es tiempo de empezar.