Opinión

México es un país incurable

@Efe

«México es el país de los claroscuros y en ese sentido es un país incurable». Así define a su país natal el escritor, historiador y periodista Héctor Aguilar Camín en una entrevista con Efe en Buenos Aires, donde presentó su última novela, «Adiós a los padres», en la Feria del Libro.

Aguilar Camín, director de la revista mexicana «Nexos», asegura que el Gobierno de Enrique Peña Nieto tiene sobre la mesa «un gran diseño del futuro deseable» para el país, pero «faltan instrumentos de gobernabilidad» para concretarlo.

«Por primera vez en casi un siglo, (México) tiene un proyecto de reformas de modernidad, para el crecimiento económico y para la mejoría educativa, de calidad mundial. Y al mismo tiempo, el presente mexicano está guiado por la falta de crecimiento, la violencia y la ineficacia del Gobierno», describe el veterano intelectual.

«Hace poco Vargas Llosa escribió un artículo sobre Perú diciendo que le parece un país impredecible en el sentido de que, pronto está bien y pronto está muy mal. Yo diría que México es un país incurable en el sentido que tiene siempre esa dualidad», reitera.

Aún así, Aguilar Camín (Chetumal, 1946) se muestra optimista y se reconoce «convencido de que el futuro de México es mucho mejor que su presente y mucho mejor que su pasado».

A su juicio, uno de los retos pendientes es dar un golpe de timón en la estrategia contra el narcotráfico en todo el continente.

«El narco ha convertido a Latinoamérica en la región más violenta del mundo», subraya el autor de los ensayos «Un futuro para México», «Regreso al futuro» y «Una agenda para México, escritos a cuatro manos junto a Jorge G. Castañeda.

Considera que acompañar a Estados Unidos en la guerra contra el tráfico de estupefacientes «es el error más grave que México ha cometido en la relación bilateral» con el poderoso país del norte.

«La lógica de la guerra contra el narcotráfico, impuesta en muchos sentidos por la estrategia norteamericana de que el mercado de drogas ilícitas se combate a sangre y fuego, descabezando cárteles y matando y apresando a líderes, en esa lógica lo que podemos profetizar es que siempre habrá un siguiente caso parecido a Ayotzinapa», afirma, en referencia a la masacre de 43 estudiantes de esa localidad el pasado septiembre.

Consultado sobre la posibilidad de seguir los pasos de Uruguay, que ha legalizado la marihuana, Aguilar Camín responde que los gobiernos latinoamericanos deberían presentarse ante Naciones Unidas y exponer que hicieron todo lo que se les pidió «y no sale más que sangre y muertos» con el objetivo de abrir un debate ante posibles alternativas.

Tras siete años dedicado exclusivamente al ensayo y al periodismo, el escritor ha vuelto a la ficción con «Adiós a los padres», que define como su libro «más íntimo y personal» ya que narra la ruptura de su familia y, en especial, la tardía reconciliación.

«Es un ejercicio al corazón de la experiencia de todo el mundo», señala Aguilar Camín sobre las preguntas alrededor de la propia familia que desencadena la lectura de su obra.

En su opinión, «en cada familia hay por lo menos una gran historia que contar» y en muchos hogares mexicanos, como en el suyo, existe «el rasgo común del padre ausente».

«México es una sociedad de padres ausentes. Hay una estadística de que en México en este momento hay siete millones de hogares a cuyo frente está una mujer. Quizás no es la proporción exacta, pero es de este tamaño», asegura.

Recurre a las palabras de un amigo para destacar la importancia de las mujeres en la historia del país: «Si fuera por los hombres no existiría México. México existe gracias a que sus mujeres han querido que exista».

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