Deportes

Macarena Chiriboga y su pasión por los caballos

La amazona consiguió una medalla de bronce en la prueba de salto por equipos, en los II Juegos Olímpicos de la Juventud Nanjing 2014, por lo que fue galardonada por el Ministerio de Deportes.

Sabe que Tambo Tauro tiene un lunar blanco en la grupa y dos negros en el cuello; que en una de sus patas tiene una cicatriz; que a pesar de que su cuerpo es alazán tostado, su crin es pelirroja. Lo conoce perfectamente.  Así describe Macarena Chiriboga su pasión por los caballos.

La deportista practica el salto ecuestre desde los 4 años y medio. Ahora tiene 18 y una trayectoria envidiable. El mes pasado, n los Juegos Olímpicos de la Juventud Nanjing, concursó junto Polly Serpell, de Islas Caimán; Sabrina Rivera, de El Salvador; Stefanie Brand, de Guatemala; y María Gabriela Brugal, de República Dominicana. Llevaba pantalón beige, camisa blanca y chaqueta azul obscuro. Recuerda que los nervios la amenazaron antes de entrar a la pista.

No cualquiera llega hasta allí, el trabajo es duro y el entrenamiento constante. Ella monta a su caballo durante dos horas, todos los días, de martes a domingo. Llega al hípico del Quito Tenis y Golf Club a las 16:30 y sale a las 19:00, después de peinar y bañar a Tambo Tauro. Javier Irua, es su palafrenero. “Siempre estoy pendiente de él aunque no pudo participar en las olimpiadas.

En los Juegos todos los jinetes competían en similares condiciones. La organización adquirió 30 caballos –de origen europeo- los mismos que, tras un sorteo, asignó a cada jinete. Macarena recibió un equino de origen belga, de 6 años. “Alto y muy rápido, era un poco difícil manejarlo”. En los dos días previos a la competencia, cada deportista tuvo 30 minutos de entrenamiento con su cabalgadura. “Afortunadamente tuve empatía con Brigan y pude acertar la forma como conducirlo. Cada caballo tiene características diferentes, debes sentirlo y recurrir a las ayudas para poder montar sin complicaciones”.

Aunque destacó que junto a compañero, Tambo Tauro, ha ganado  concursos nacionales e internacionales saltando pruebas de entre el 1  y  1 40 metros. La primera vez que salió del país fue para un campeonato en Guatemala. En esa ocasión no concursó con su caballo. Montó una yegua que se llamaba Sorpresa y que le prestó uno de los concursantes. ¿Ella?, una niña pequeña; ¿él?, un caballo gigante. Así  lo recuerda ella. Pero eso no la asustó, nunca lo ha hecho.

“En la equitación los resultados no dependen de uno, es un trabajo en equipo, entre caballo y jinete”, comenta Macarena. Ella fue la única representante de Ecuador en su disciplina y la única en retornar al país con una medalla.

Desde la hazaña de Jefferson Pérez en Atlanta en 1996, hasta la última conquista de Macarena, el país ve nacer una generación de deportistas que ahora cuenta con el respaldo del Gobierno Nacional y que responde a sus necesidades.

Macarena también es amante de la literatura en inglés, las novelas de John Green son sus favoritas. Títulos comoThe Fault in Our Stars o Looking for Alaska, ocupan su tiempo libre. Nunca se separa de su reproductor de música, sus géneros predilectos son el rock y el pop.

Y así, de galope en galope, convirtió al caballo en parte esencial de su vida. Al equipo que trabaja en el club hípico en su segunda familia: al veterinario, al herrero, al palafrenero, a los cancheros, a los entrenadores… En especial recuerda a Esteban de la Torre, o “el Teti” como la gente lo conocía. Durante casi tres años, él la ayudó a perfeccionar sus técnicas, a saltar más alto, a perder el miedo, a reírse mientras entrenaba… Con él  y sus caballos Tres Notas y Tambo Tauro empezó a consolidar una carrera deportiva.  Teti fue para ella una de esas figuras que dejan huellas y nunca se olvidan.

Ahora, Reese Kesler es su modelo a seguir. Con 18 años, la estadounidense ha llegado  a las Olimpiadas Ecuestres. Un reto al que, según Chiriboga, todos los jinetes aspiran. No es fácil saltar pruebas de 1 60 metros con muros y obstáculos con las varas en lo más alto de los parantes. Pero ella apunta a las Olimpiadas Mundiales.  Hasta tanto, la inversión económica que se requiere corre por cuenta del Programa de Apoyo a los Atletas de Alto Rendimiento impulsado por el Ministerio del Deporte, algunos auspiciantes de la empresa privada y a sus padres. La pasión y la perseverancia corren a cuenta suya.

Ahora Chiriboga se prepara para su próxima competencia será a mediados de octubre en Chile. “Ojalá pueda competir en Europa porque su proyección son los Juegos Olímpicos del 2016. (DO/La Nación)