Opinión

Los Tatuados

Juan Javier Campoverde

jj_campoverde@hotmail.com

@JuanCalambre

Lo que nos tocó vivir es real, pasó hace tan solo una generación: el tatuaje era visto como algo negativo. Se asociaba a los tatuados con gente indeseable, desde delincuentes hasta satánicos.
Afortunadamente, hoy las cosas han cambiado bastante en ese sentido. El tatuaje es una manifestación artística que se expande cada día, y la apertura hacia ella por parte de los no tatuados también.

Al aumentar su aceptación a nivel personal, su tolerancia social se multiplica. Hoy, ser discriminado por un tatuaje podría incluso constituir un delito.

Es reconfortante ver que el arte en la piel de personas es el motor que empujó a viejas generaciones a rectificar. Y también debe ser reconfortante para los más viejos, supongo como una de esas epifanías que los hace sentir sabios por sus años; pues es una situación en la que no cambiar de opinión sería más vergonzoso.

Este momento positivo es cortesía de las nuevas generaciones, pues derrumbaron un prejuicio. Y no por rebeldía, sino por amor al arte. Los más viejos no abrieron su mente solos, sino con la ayuda de mentes jóvenes: al encontrarse con una persona de bien, tatuada, se produce una especie de cortocircuito en una mente anticuada. Como tratar de afirmar que la Tierra es plana después de haber visto una foto de ella tomada desde el espacio.

¡Cómo permitir que un niño piense que su ídolo deportivo es un pandillero o algo así!, por ser tatuado. En la actualidad, muchos matarían si vieran a alguien llenar la cabeza de sus hijos con semejante contenido. Pero eso hicieron mis abuelos con mis padres, y mis padres en alguna medida conmigo.

Ahora todos tienen tatuajes: los políticos que nos gobiernan, profesores, arquitectos, dentistas, deportistas de alto rendimiento, etcétera; los tatuajes están en todas partes.
Lo que se consideraba trasgresión se ha convertido en arte, por eso muchos lo celebran; pero la trasgresión solo era prejuicio, el tatuaje siempre fue una forma de arte.

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