Lo que quizA?s no sabA�a de los ‘vapeadores’ y cigarrillos elA�ctricos
El Gobierno busca ponerles freno a estos productos que no son tan inocentes.
El mundo libra una intensa batalla contra el tabaco, y Colombia no es la excepciA?n. En el paA�s, no obstante las medidas recientes, exaltadas por la propia OrganizaciA?n Mundial de la Salud (OMS), al dA�a mueren a��segA?n el Ministerio de Saluda�� 88 colombianos por causas derivadas del tabaquismo: enfermedad pulmonar obstructiva crA?nica (epoc), problemas cardA�acos y cA?nceres.
Pero en esa lucha hay un nuevo capA�tulo a raA�z de las innovaciones tecnolA?gicas que, segA?n la industria, ayudan a disminuir los efectos de los miles de quA�micos en el organismo. Se trata de dispositivos que al eliminar la combustiA?n o sustituir el producto convencional prometen ser menos nocivos por la disminuciA?n de quA�micos mortales.
Y ahA� radica la preocupaciA?n de las autoridades sanitarias: los vaporizadores y los cigarrillos elA�ctricos se comercializan sin conocerse una evidencia cientA�fica sA?lida que confirme o descarte los riesgos a largo plazo que su uso conlleva sobre la salud humana. De los estudios disponibles hasta ahora, valga decir, varios son de los propios fabricantes, y por eso entidades como el Ministerio de Salud urgen para que se determine cuanto antes el impacto real.
El actual es un momento clave para los millones de fumadores que ven en estas opciones una salida de la adicciA?n a la nicotina, que difA�cilmente es atendida por los sistemas de salud. Y es importante para las autoridades, que necesitan un punto de partida para aplicar las polA�ticas antitabaco en estos nuevos artilugios.
En Colombia hay dos panoramas: el uso de los tan de moda a�?vapeadoresa��, que no han sido regulados. Y el de los cigarrillos electrA?nicos Heets, a los cuales el Gobierno busca meter en cintura para desestimular su consumo.
El a�?vapeoa�� no es tan ingenuo
PodrA�a parecer una tienda de dulces: una oferta de 150 esencias lA�quidas diferentes con sabores a postres como pudA�n de chocolate o a frutas como fresa y piA�a. Pero no. Es el menA? de una tienda de a�?vapeoa�� en BogotA?, a partir del cual los clientes pueden escoger a quA� quieren que les sepa el vapor que van a llevar a su boca y a sus pulmones.
Lo harA?n a travA�s de un vaporizador electrA?nico con el cual se inhala vapor y se hace algo parecido a fumar. El lA�quido puede mezclarse con nicotina en diferentes concentraciones, y, de hecho,venden esencias de cigarrillo mentolado y de tabaco. El vaporizador es como un pequeA�o tanque que se llena con el lA�quido, el cual se convierte en vapor por medio del calor. Funciona con pilas.
Es el llamado a�?vapeoa��, una prA?ctica que se ha extendido entre los jA?venes, tanto asA� que cada vez son mA?s las tiendas en BogotA?. Los a�?vapeadoresa�� son distintos a los llamados cigarrillos electrA?nicos; entre estos, los Heets, de la multinacional Philip Morris, que son un producto de tabaco calentado electrA?nicamente.
En muchas de estas tiendas de a�?vapeoa�� tienen sillas y sofA?s para que la gente pueda a�?vapeara�� con tranquilidad, como si fumaran cigarrillos tradicionales, solo que, en lugar de humo, sale vapor y no tiene el olor propio del tabaco.
Algunas promueven sus productos como a�?95 por ciento menos tA?xicos que el cigarrilloa�?; tambiA�n, como una alternativa que puede ayudar a dejar de fumar o por lo menos a reducir la cantidad de nicotina que las personas llevan a sus cuerpos.
No son inofensivos
El a�?vapeoa�� podrA�a parecer inofensivo, pero esto no es cierto; incluso, aquel que no usa nicotina. Frank Pernett, especialista en medicina interna y neumologA�a, jefe de hospitalizaciA?n de la clA�nica Country de BogotA?, afirma que si bien no se cuenta con estudios que permitan definir los efectos a largo plazo del a�?vapeoa��, a�?la nicotina no es el A?nico problema; se pueden encontrar: plomo, tolueno, formaldehA�do, cadmio y acetaldehA�do, entre otras sustancias que pueden ser tA?xicasa�?.
En cuanto a la posibilidad de ser utilizado para dejar de fumar, Pernett afirma que esto no es cierto y que a�?de hecho, el 75 por ciento de quienes usan a�?vapeadoresa�� tambiA�n fuman cigarrillos convencionalesa�?. Y aA�ade el experto: a�?Mantienen la dependencia de la nicotina, por lo que es mA?s difA�cil dejar de fumar. En algunos usuarios, los niveles de nicotina en la sangre pueden ser muchA�simo mA?s altos que los de fumadores convencionalesa�?.
SegA?n un estudio realizado por las Academias Nacionales de Ciencia, IngenierA�a y Medicina de Estados Unidos, publicado a principios de este aA�o a��excepto por la nicotinaa��, la exposiciA?n a sustancias tA?xicas de los cigarrillos electrA?nicos y a�?vapeadoresa�� es significativamente menor comparada con los cigarrillos tradicionales; sin embargo, existe suficiente evidencia para concluir que los jA?venes que utilizan estos productores tienen un mayor riesgo de fumar cigarrillos tradicionales que aquellos que no lo hacen.
En cuanto a los adultos fumadores que los utilizan para reducir la cantidad de cigarrillos que consumen, el estudio concluye que la exposiciA?n a la nicotina es variable porque depende del dispositivo y del lA�quido que utilicen; pero concluye que muchos de ellos pueden a��y de hecho lo hacena�� consumir la misma cantidad de nicotina que con cigarrillos tradicionales.
TambiA�n concluye que pasarse a los cigarrillos electrA?nicos reduce la exposiciA?n a muchas toxinas y agentes del cigarrillo tradicional que producen cA?ncer. Sin embargo, se ha probado en ratas que estos productos pueden aumentar el riesgo de cA?ncer, hecho que no se ha confirmado todavA�a en humanos. El estudio puntualiza que existe evidencia limitada sobre los efectos a largo plazo del a�?vapeoa�� y de los cigarrillos electrA?nicos, puesto que estos aparecieron hace diez aA�os y faltan estudios al respecto.
En efecto, el doctor Pernett explica que una de las dificultades para realizar los estudios es la variedad de dispositivos o a�?vapeadoresa�� que existen, pero es claro al afirmar que a�?cualquier sustancia que produzca dependencia no es buena para el ser humano. Y, ante tantas dudas sobre sus efectos tA?xicos, es mejor mantenerse alejadosa�?.
Una batalla contra el cigarrillo electrA?nico
Los cigarrillos electrA?nicos, que se venden en Colombia bajo el nombre de Heets, no queman los componentes del producto tradicional sino que los calientan a una temperatura menor. Pero, como pasa con los vaporizadores, estos no han conseguido probar con evidencia cientA�fica sA?lida que tienen menos efectos negativos a largo plazo en la salud humana que el tabaco tradicional, tal como lo sostienen sus productores.
De hecho, en este momento, la AdministraciA?n de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglA�s) estudia una posible modificaciA?n de riesgo del tabaco cuando este se administra a travA�s del dispositivo electrA?nico donde se introducen los Heets (llamado IQOS).
Tanto el IQOS como los Heets son el futuro de la industria tabacalera, a tal punto que Philip Morris, la multinacional que los comercializa, anunciA? a comienzos de este aA�o que dejarA? de producir el cigarrillo tradicional y se concentrarA? solo en estos nuevos desarrollos. Sin embargo, para las autoridades no puede dejar de considerarse una amenaza de salud pA?blica.
El Ministerio de Salud de Colombia le ha seguido la pista a este producto desde su llegada, hace exactamente un aA�o. Los motivos son dos, segA?n fuentes de la cartera. Primero, porque los Heets contienen nicotina, una sustancia adictiva y cancerA�gena asociada a enfermedades cardiovasculares, una de las principales causas de muerte en el paA�s. Asimismo, porque no se ha estudiado su impacto en los fumadores pasivos.
Y en segundo lugar, porque actualmente los Heets a��los primeros de su tipo en llegara�� no estA?n clasificados como cigarrillos en Colombia. Un concepto de la DirecciA?n de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) del aA�o pasado no los clasificA? como cigarrillos y los eximiA? del IVA y de los impuestos al consumo que fueron aprobados en la reforma tributaria del 2016 como parte de la lucha contra el tabaco.
Y, por tanto, han estado lejanos de la normativa del Convenio Marco para el Control del Tabaco de la OrganizaciA?n Mundial de la Salud (OMS), al que el paA�s estA? adscrito y que incluye, entre otros, compromisos en materia de impuestos, prohibiciA?n de publicidad, ambientes libres de humo y advertencias sanitarias en las cajetillas.
Por esa razA?n, en los A?ltimos dA�as el Ministerio de Salud y el de Hacienda emitieron conceptos tA�cnicos a la Dian para que se les pueda aplicar ese control a estos nuevos productos, teniendo en cuenta ademA?s que una denominaciA?n de bajo riesgo compromete los esfuerzos del pasado contra el tabaquismo.
El aA�o pasado, Colombia fue reconocida por la OMS por su polA�tica de control de tabaco, y, segA?n la A?ltima Encuesta de Calidad de Vida 2017, el consumo de cigarrillo o tabaco sigue cayendo: entre 2016 y 2017, el porcentaje de personas mayores de 10 aA�os que fuman pasA? de 8,3 a 7,0 por ciento.
Sobre esta peticiA?n del Gobierno, Humberto Mora, vicepresidente y director de asuntos corporativos de Coltabaco, sostuvo que la industria no acepta que a los Heets y al IQOS se los considere un cigarrillo tradicional, pues el hecho de que no produzcan combustiA?n les da otras propiedades de consumo, distintas a las del tabaco de antes.
REDACCIA�N SALUD Y CATALINA GALLO