Tecnociencia

Las contraseñas se alistan a desaparecer

Las alternativas para el reemplazo serían la voz, el reconocimiento facial entre otras herramientas biométricas

 

Las contraseñas son un sufrimiento. Escogemos palabras fáciles de recordar que son igualmente fáciles de adivinar para los hackers.

Pero aún así las olvidamos, y encima las roban con relativa frecuencia. El último gran capítulo en la historia de los grandes robos de claves personales fue a principios de este mes, cuando hackers rusos se hicieron con 1 200 millones de contraseñas de correos electrónicos.

Muchos creen que deberíamos abandonar el uso de contraseñas y entre las alternativas para Ant Allan, experto en autentificación de Gartner Research,  están las biométricas, utilizando los micrófonos y las cámaras con las que la mayoría de las computadoras y teléfonos modernos ya están equipados.

La manera más simple de conectarse sería por reconocimiento facial, o «autentificación por selfie», como lo llama Allan. Está opción ya está presente en los dispositivos con el sistema operativo Windows 8.

El reconocimiento de voz también sería fácil de implementar, según Allan. Pero, la desventaja,  según Karsten Nohl, miembro del colectivo alemán Security Research Labs, es que saltarse esta forma de identificación es fácil.

«Prácticamente puedes conseguir que cualquier voz suene como otra», advirtió Nohl.

Para llevar el nivel de seguridad un nivel más allá, la autentificación biométrica se puede combinar con otra información de contexto, como la ubicación por GPS o simplemente la hora. Por ejemplo, si un usuario trata de conectarse a una hora o desde un lugar inusual, el sistema le puede pedir información adicional para verificar su identidad.

Otra de las alternativas más complejas es el «retrato digital» del usuario para identificarlo.

Compañías como BioCatch pueden combinar datos biométricos de cara y voz con información sobre horas y lugares de conexión y además añadir otro tipo de datos físicos y cognitivos del usuario.

Estas características pueden referirse, por ejemplo, a la altura y los andares de la persona, a si es zurda o diestra, o llegar a incluir información sobre su coordinación manual y visual.

Mediante cámaras, un giroscopio y sensores, el sistema puede completar ese perfil cognitivo del usuario al registrar sus preferencias.

Por ejemplo, al observar cómo dispone las ventanas en la pantalla, con qué rapidez usa la computadora y cuáles son sus patrones de tecleo o tacto del dispositivo que se quiere proteger.