Antonio Aguirre Medina/Guayaquil

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Parecería que, a nuestro pobre, indefenso y maltrecho país le está cayendo encima la escoba de la bruja. Vivimos de desgracia en desgracia, salimos de una mala racha Socialista Progresista y caímos en un continuismo indefinido y absurdo, que no intenta arrancar hacia adelante como debería ser, sino que inexplicablemente sigue intentando continuar en reversa como el cangrejo.

DESTRUIDOS: por la incontenible fuerza de la naturaleza que está destrozando las obras mal hechas y con altísimos sobreprecios, en las que ellos mismo  reconocen que robaron, pero hicieron las obras, por supuesto, sin comentar que fueron mal hechas sin cumplir las especificaciones técnicas exigidas en los contratos, con atrasos y sobreprecios considerados por el jefe de la banda de los sumisos ovejunos  como negocios entre privados y que ese tipo de negocios no hacían daño a la economía del país.

DESARMADOS: como el mismo presidente comentó, hace algunos meses, que las Fuerzas Armadas carecían de aviones, helicópteros, buques en mal estado, armas obsoletas, transportes terrestres inservibles, escasas municiones, etc. etc.

DESMORALIZADOS: por la falta de credibilidad e incompetencia de las autoridades de turno, que en vez de ordenar que avance la tropa, las retiene.

DESESPERADOS: por la falta de empleos, la carestía de la vida y la inseguridad de las personas y sus bienes, que en algunos casos no respetan la seguridad jurídica y las inversiones de la libre empresa privada.

DESANIMADOS: por la impotencia en detener la narco delincuencia que avanza a paso de vencedores con pocas esperanzas de erradicarla.

La única solución posible la tuvo en sus manos y fue bautizada por sus mentalizadores y creadores como:  «MUERTE CRUZADA», que cuando la intente o quiera aplicarla ya será demasiado extemporáneo.