Opinión

La vocera de los animales

Jorge Alania Vera

Desde Lima, Perú, para LA NACIÓN de Guayaquil, Ecuador

Cuando Turco, el perrito maltés acriollado de la familia, se perdió por primera vez – se iba a perder una vez más antes de perderse para siempre en la camilla de una veterinaria- no sabíamos a dónde acudir ni qué hacer para encontrarlo. Recurrí entonces a mi amiga Heidi Paiva, en ese momento reportera de RPP, para que me aconsejara cómo empezar la búsqueda. Heidi, por cierto, no sólo era una conocedora sino una luchadora por los derechos de los animales.

“No vayas a los medios, me dijo, eso, aunque parezca mentira, no funciona, ayuda pero no es decisivo. Lo que tienes que hacer es pegar avisos en todos los parques y calles cercanos a tu casa. Cuánto más avisos y más calles y parques, mejor.” Así lo hice y unos siete días después, al filo de la medianoche de un jueves, sonó el teléfono y una señora nos aviso que su hijo, regresando a su casa en bicicleta, había encontrado a Turco. Salimos de inmediato y efectivamente estaba allí, temblando desorientado y más triste que nunca. Nuevamente sus ladridos irritantes y sus locuras volvieron a alegrar nuestro devenir.

LLamé por teléfono a Heidi y le agradecí. Sin su consejo, Turco habría, estoy seguro, desaparecido de nuestras vidas. Me alegró saber después que Heidi era cada vez más conocida y respetada por su lucha y que foros, medios y asociaciones la convocaban por su tema. Pasados unos años, mi hija la llamó porque quería un gato. Gracias a su consejo, no compró sino adoptó uno de Huellas Molineras, una institución estudiantil que da albergue y sustento a los michis de la puerta 5 de la Universidad Agraria de la Molina.

Heidi Paiva es ahora un referente nacional en la protección de la vida animal y en la defensa de sus derechos. Leo sus artículos semanales sobre el tema en Infobae y estoy atento a sus informaciones y sus noticias. Por cierto, cada vez que preciso un consejo especial sobre el mundo de Beppo, el gato de mi hija, y sobre Coco, el de mi hijo, la llamo a ella y me responde siempre con erudición y máximo interés.

La protección de la vida animal es un signo de modernidad y de cultura en el más amplio y profundo sentido de la palabra. Heidi Paiva es su vocera, creando conciencia sobre ella sin exabruptos ni fanatismos. Sólo altruista interés- y por qué no decirlo, amor- por los animales y lo que ellos representan en la cadena universal de la vida.