La vida misma
Claudio Campos
claudiocampos142@hotmail.com
@claudioncampos
Me encanta regresar en el tiempo y revisar cómo se fueron uniendo eslabones en una historia cualquiera como la mía. Sonó el teléfono de mi casa y con esa llamada venía una invitación desinteresada la cuál agradeceré siempre pero que lamentablemente por cosas de la vida no lo pude hacer cara a cara con esa persona tan noble que se fue antes de tiempo y no me dio la oportunidad de expresarle mi eterna gratitud. En la prueba éramos más de 400 chicos tratando de cumplir el mismo sueño, esperé más de una hora para que me tocará jugar y sólo tuve la posibilidad de hacerlo durante 10 minutos y tocar un sólo balón; algo en mí me dijo, bueno hasta acá llegué.
Después de una reunión en la mitad de la cancha los técnicos se acercaron agradeciendo a todos por su participación e invitaron sólo a cuatro jóvenes a ser parte del club, inesperadamente mi nombre estaba ahí. Al día siguiente jugamos un amistoso en Villa Dominico y tuve el honor de vestir por primera vez esa gloriosa camiseta que me dio no solo sueños y formación sino amigos entrañables como Diego «Toro» Melillo que mientras nos cambiábamos me dijo, vos jugas de 9?, le dije sí, bueno mírame que te las voy a dar todas, y así fue. Ese vínculo nació sin preámbulos, ingenuo y sano como cuando al finalizar el encuentro siento el brazo sobre mi espalda de la figura y capitán del equipo, que con las manos embarradas me dijo, bien fiera te felicito, era Mariano «Culón» Valentini una de las personas que más quiero.
Mis anhelos evolucionaron lejos de ellos dos, yo en la Patagonia, viviendo con valores y sacrificios imborrables, Diego en Luján con su carácter tan particular, inquieto y lleno de ilusiones y por el otro lado Mariano en Banfield creciendo en una familia hermosa, apasionada por los Cuervos De Boedo respirando cada instante esa obsesión, pero había algo que nos daría la oportunidad de entablar una amistad que no tiene límites ni tiempo, y ese fue el fútbol. Como no vivir agradecido e intentar dignificar todos los días este frenesí si me dio lo posibilidad de conocer y disfrutar lo más lindo que una persona puede tener, amigos de verdad.
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