La venenosa obsesión por los esteroides: los deportistas que arruinaron sus vidas
Muchos atletas consumen esteroides anabólicos como si fueran un suplemento de su estricta dieta para rendir al máximo nivel. Sin embargo, ese método, lejos de ser parte de una rutina para mejorar sus condiciones físicas, termina con efectos desastrosos en su desempeño deportivo y sus propias vidas.
Infobae recopiló a un grupo de atletas que fue víctima de esos compuestos orgánicos. Desde deportistas que arruinaron su carrera, fisicoculturistas que deformaron su cuerpo, hasta luchadores que perdieron la vida por los diversos efectos secundarios.
FANNIE BARRIOS: LA VENEZOLANA QUE ALCANZÓ SU OBJETIVO ANTES DE MORIR
La oriunda de Caracas fue campeona nacional de fisicoculturismo en 1997 y 1998. Ese mismo año obtuvo su licencia profesional certificada por la Federación Internacional de Fisicoculturismo (IFBB).
Ya como profesional conquistó los torneos del 2001 y 2002. En 2005 fue su última participación en un campeonato, el New York Pro Championship. Obtuvo el tercer lugar y tres meses más tarde murió, producto de un derrame cerebral a los 41 años.
FLORENCE FRIFFITH-JOYNER: LA PLUSMARQUISTA DE SEÚL 1988
La velocista norteamericana murió a los 38 años a raíz de una apoplejía cerebral. Las especulaciones sobre su deceso giraron en torno al uso de esteroides y su performance en los Juegos Olímpicos de Seul 1988, en donde consiguió tres medallas de oro, una de plata y dos récords mundiales en 100 y 200 metros.
«En 1987 conocí a una enfermera de un hospital de California y me dijo que Griffith-Joyner iba a ese lugar para administrarse esteroides y testosterona (hormonas masculinas)», reconoció Lorna Boothe, ex compañera de entrenamiento de Griffith antes de aquella cita olímpica. (INFOBAE/LA NACIÓN)