La última gran oportunidad de Isco
Ancelotti, Benítez y Zidane le hicieron sitio y no rindió. Las bajas le dan la ocasión final. Debe ganarse al entrenador. La renovación depende de él
ESPAÑA. Es una joya que luce como un Guadiana, por momentos, para desaparecer durante otras etapas sin saber por qué. Florentino Pérez le fichó hace tres años como un futbolista de talento y la magia andaluza ha brillado en bastantes ocasiones y se ha apagado en otras tantas. Es un artista y, como todos los genios, le cuesta realizar el trabajo feo de campo. Para ser titular en el conjunto blanco no solo hay que tener calidad, se exige sacrificio constante. Es la asignatura que Francisco Alarcón, Isco, aún no ha aprobado en el campeón de Europa.
Su falta de continuidad en la creación y en el trabajo destructivo son las razones de su pérdida de la titularidad desde su primera temporada. Una historia que se repite ahora, con Zidane. Las lesiones de Modric, Casemiro y James le otorgan la oportunidad de resarcirse de su eterna situación a partir de mañana, frente al Betis. Será titular en el Villamarín junto a Toni Kroos, eldirector de orquesta. El malacitano continuará en el once durante más tiempo si demuestra que se lo merece. Es la hora de Isco.
La trayectoria del malagueño en estas cuatro campañas en el Real Madrid se describe con las mismas virtudes y los mismos defectos. Isco no ha cambiado. Es lúcido en diversos partidos y oscurocuando llegan los rivales correosos, como el Atlético o los equipos alemanes. Sufre cuando los enemigos imponen la ley del músculo. No es lo suyo. Y se nota. Su arte en el regate y el pase queda oscurecido ante la fuerza bruta. Los adversarios lo saben.
Es ese descenso de nivel en los partidos complicados la causa sempiterna de su pase a la reserva. Así sucedió desde su llegada. Comenzó como un talismán del once de Ancelotti el 18 de agosto de 2013, cuando marcó el 2-1 que permitió la sufrida victoria frente al Betis en el estreno liguero del italiano y del malacitano en la casa blanca. Mantuvo su protagonismo durante seis jornadas. Y a la séptima perdió el crédito. Pagó los platos rotos de la derrota en el derbi por 0-1, maniatado por la potencia rojiblanca. Desde ese momento nunca ha sido titular fijo.
Constancia y rapidez
Su mejor época en el Real Madrid la vivió en la segunda temporada de Ancelotti. Sin tener un hueco en la alineación, Isco fue el sexto futbolista del plantel por minutos disputados, 3.893. Su trabajo defensivo le hizo merecedor al protagonismo. Participó en casi todos los partidos, aunque entrara muchas veces en el segundo tiempo.
Benítez le concedió la titularidad al principio de la campaña pasada. Y la desaprovechó de la misma forma. Volvía a no ser constante en la construcción del fútbol ofensivo. Desaparecía del juego. Ha sido una tónica.
Zidane también confió en él desde el 4 de enero.Al igual que Benítez, le otorgó el puesto antes que a James. Y lo perdió el 27 de febrero, en otro derbi fatídico para el andaluz. El Atlético ganó de nuevo por 0-1. No rindió. Y el francés acometió su revolución triunfal. Quitó a Isco y James para dar su oportunidad a Casemiro y Lucas. Miren si la aprovecharon. Hoy son internacionales con Brasil y España.
Tras conquistar la Undécima en mayo, Zidane dio otra vez sitio a Isco en el debut de la campaña actual. Fue titular en la final de la Supercopa de Europa. Disfrutó de 66 minutos. Y no ha vuelto a ser protagonista. Kovacic, Lucas y James le han adelantado por la derecha, por la izquierda y por el centro. En estos instantes, el número 22 solo lleva 193 minutos de competición al cabo de diez partidos, siete de Liga, dos de Champions y la mencionada Supercopa. No ha disfrutado de ningún segundo en la Copa de Europa. Frente al Betis será titular.
Zidane le exige que colabore con Kroos en la creación, que se mueva entre líneas para romper la estrategia enemiga, que defienda siempre cuando el Madrid no tenga la posesión y sobre todo que suelte la pelota con rapidez. Su retención de balón es una crítica reiterada. Isco tiene talento y debe exhibirlo con regularidad. Es el quid de la cuestión. Es su examen final.
Acaba en 2018 y debe decidir si renueva o no
La sinceridad de Isco recuerda a la de Pardeza en la época de la «quinta del Buitre», cuando el onubense admitía ante Molowny, en la vieja ciudad deportiva, que no estaba jugando bien y que perdía la oportunidad de triunfar junto a Butragueño, Martín Vázquez, Míchel y Sanchís. Ahora, Isco reflexiona con similar franqueza que el único culpable de no ser titular fijo ni con Ancelotti, ni con Benítez, ni con Zidane es él. Por ahí camina bien. Hace autocrítica. Y ha expuesto que si continúa sin ser titular deberá plantearse en junio su continuidad en el Real Madrid. Es esa duda razonable la que ha detenido su renovación. Finaliza contrato en 2018 y será en junio cuando se estudiará por ambas partes si firma un nuevo acuerdo para más años o decide irse y ser protagonista en otro club. (ABC/La Nación)