La ruta 140 de Seguridad Social
Lic. Denisse Casalí L.
denissecasali@gmail.com
@denissitacl
Una llamada, un número con tal significado, marcas con la esperanza de resolver tu problema, crees que el sistema juega a tu favor, piensas que todo valdrá la pena y entonces te sientas, te abrochas el cinturón y comienza una gran aventura, llena de altibajos y sin vuelta atrás. ¡Atrévete ahora a marcar al 140!
Primera Parada: Call Center
La ruta empieza en el call center, dónde una aspira a enfrentarse con la etapa más sencilla de todo el viaje, pero no, la vida se encarga de enseñarte que esta parte es como cruzar un charco lleno de cocodrilos: si llegas al otro extremo de la orilla sabes que todo va a estar bien puesto que superaste con éxito la primera y más difícil de las fases. Te armas de paciencia, la llamada se cuelga tres veces, pero no te importa, lo vuelves a intentar. Ya sabes que lo lograste cuando tienes programada tu cita para dentro de unos cuantos días, mientras cada noche rezas porque el dolor no sea señal de nada muy grave.
Segunda Parada: El día de la cita
Llegas a tu cita, te arreglas un poco, te perfumas para que el doctor piense que eres una paciente estrella. Entregas las dos copias de tu cédula, recibes un papelito *reciclado con tus datos, te dirigen a una habitación para medirte y pesarte y luego te sentencian a esperar tu turno, el que es medido casi con cronómetro entre un paciente y otro. A veces me pongo a pensar si todos los pacientes presentamos las mismas dolencias que se puedan diagnosticar y recetar en la misma cantidad de tiempo (para pensar).
Tercera Parada: El consultorio
Ingresas por aquel umbral frío, que no es más que un consultorio/oficina, te das cuenta que el doctor tiene más papeles y archivos en carpetas que tú. Te sientas, pero él casi ni te mira, te pide el papel reciclado y te pregunta cosas básicas que le ayuden a llenar el formulario con tu número de caso (que pruebe sistemáticamente que a diario hace su trabajo). Ya no son como los doctores de antes, los que te sentaban en una camilla para examinar tus dolencias y te regalaban un caramelo antes de salir por buen comportamiento. Este doctor es una versión computarizada que va recabando datos de tu vida personal y laboral, va ingresando a modo de robot todo lo que le exige el programa que registra al paciente.
Cuarta Parada: La próxima cita/ Remitirte a un especialista
Es normal que el primero doctor que te atienda sea un médico general, para que este pueda entender que le sucede al paciente y pueda remitirlo a algún especialista. Lo anormal es que es próxima cita a veces no se hace realidad hasta dentro de uno o dos meses (si no es más tiempo). No sé cuántos pacientes llegan vivos a esta etapa, pero sin duda alguna es algo que deberían mejor en el sistema de programación de citas. Ni hablar de los resultados de exámenes clínicos (esa es otra parada igual de tediosa).
Última Parada: Conclusiones
Es bueno saber que contamos con la seguridad social del caso, es bueno reconocer el esfuerzo y debemos aplaudir aquellos cambios visibles al comparar este sistema con el anterior, sin embargo, las falencias del sistema actual deben corregirse antes de que sean más víctimas las que paguen la negligencia de un calendario que no trabaja para nada en función de las enfermedades. La clave de la cura del paciente muchas veces es el factor tiempo, en ocasiones el descubrimiento oportuno de una enfermedad puede cambiar el resto de la historia del ser humano.
Leía algo por internet que me resultó muy chistoso el otro día mientras acompañaba a mi mami a su cita médica: si te duele algo te recetan paracetamol, si crees que tienes algo también te recetan paracetamol, y si te quejas de que sólo te recetan paracetamol seguramente la fórmula que lo solucione todo será C8H9NO2 = Paracetamol.
Las opiniones vertidas en el medio son de responsabilidad del autor.