Opinión

La mexicanización de los EEUU

Sergio Aguirre

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@seraguirre

Diario Informador de México

Como ya se había dicho semanas atrás en este espacio, lo que está detrás del discurso de odio hacia los mexicanos del candidato republicano a la presidencia de EEUU, Donald Trump es la tendencia demográfica en dicho país, donde se proyecta que dentro de dos o tres décadas la mayoría de los norteamericanos serán de origen hispano y dentro de esa mayoría, la mayoría será de origen mexicano. Lo anterior significa que los WASPs (acrónimo en inglés de blanco, anglosajón y protestante) que se consideran como el grupo fundacional y más norteamericano del país y para los cuales, es impensable el futuro escenario donde ellos serán solo una minoría.

Ahora bien aún ganando Trump, ¿se puede detener la tendencia de forma deliberada?

Como ya se sabe, actualmente a México regresan voluntariamente más connacionales de EEUU de los que se van para allá y aún así la tendencia no se modifica. Y esto es muy relevante ya que el “problema” actual no está en “los mojados” sino en los hispanos y méxicoamericanos que ya se establecieron allá que son millones y mucho más fecundos que de otros orígenes.

De entrada sería una estupidez por parte de los EEUU expulsar a todos los trabajadores ilegales temporales (se calcula que son medio millón al año) de un jalón y no permitir su retorno. Eso reventaría la economía norteamericana en dos patadas. Expulsar a los méxicoamericanos es impensable. Son la friolera de más de 30 millones. No creo que haya mexicano que vive acá que no tenga por lo menos un amigo o pariente haciendo vida en EEUU.

Imaginemos que en el peor de los escenarios se ponen a expulsar a un millón de los más vulnerables, los indocumentados. Es inimaginable dicho éxodo por todos los problemas humanitarios que desencadenaría. Pero demos por hecho que da. Esa medida imposible no afectaría la tendencia demográfica porque para poderla detener habría que matarlos a casi todos en masa. La otra es hostigarlos para que se vayan de EEUU. ¿Pero cuantos se irían? ¿Medio millón con una campaña de odio oficial?

Creo que por más hostilidad que haya en un (ojalá no) eventual gobierno de Trump contra todo lo mexicano, no podrá revertir la demografía norteamericana —que parece justicia divina ya que también es una especie de reconquista territorial—. Tampoco visualizo campañas de esterilización forzosa con hispanos o mexicanos, ni otro tipo de políticas que sencillamente no pueden ocurrir en los EEUU.

Lo que sí debe de preocupar en caso de que el susodicho sujeto gane, además de poner en peligro y complicar las relaciones comerciales entre los dos países, es su xenofobia que inevitablemente generará (como ya lo está haciendo) ataques violentos en contra de la comunidad mexicoamericana.

La campaña de Trump y su posible gobierno no son otra cosa que un insulto, un pateo de mesa y un berrinche de proporciones bíblicas ante el pánico de lo inevitable: la mexicanización de los EEUU.

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