La historia de la heredera de BMW que fue estafada por un gigoló
Sgarbi era el encargado de seducir millonarias y extorsionarlas; y una tajada importante de lo que obtenía iba a parar a manos de Barretta
EUROPA. Susanne Klatten sucumbió a los encantos de Helg Sgarbi, un hombre «fascinante», según ella misma describió. El estafador le robó €7 millones y le pidió otros 49 millones para no divulgar videos de sus encuentros sexuales
Helg Sgarbi -oficial del Ejército suizo, licenciado en Derecho, una sonrisa de dientes perfectos- era un hombre irresistible y encantador para las mujeres, más precisamente, las millonarias. Y una de las personas que cayó en su trampa es la alemana Susanne Klatten, la heredera de la empresa automovilística BMW.
La historia se remonta a agosto de 2007. Él tenía 43 años; ella, 46. Empezaron a frecuentarse a escondidas. Klatten era una madre de familia que había aprendido a cultivar el perfil bajo a pesar de su descomunal fortuna. «Era un hombre fascinante de ojos azules, alto y delgado», declararía después a la policía italiana.
Sin siquiera sospecharlo, cuando Klatten le abrió sus puertas a Sgarbi, también dejó entrar a una red de chantaje. Los encuentros secretos entre ellos fueron grabados. Durante ocho semanas estuvieron juntos. Tiempo después, a la magnate alemana le llegó la primera amenaza. Ernano Barretta, cómplice de Sgarbi, le pedía 49 millones de euros a cambio de no difundir sus videos sexuales.
Barretta, ex mecánico y charlatán milagrero, era el gurú de la pequeña secta en Italia a la que era adeptos Sgarbi y su esposa, Gabriele. En ese entonces, el estafador tenía 63 años y era dueño del refugio Valle Grande, un hotel en Pescosansonesco, donde sus discípulos trabajaban para él, según un artículo del diario El País publicado en esa época. (EL PAÍS.COM/ INFOBAE)