Opinión

LA CAÍDA ESTREPITOSA DEL PRECIO DEL PETRÓLEO Y LA DISMINUCIÓN DE OTRAS EXPORTACIONES PONEN EN RIESGO LA ESTABILIDAD DEL DÓLAR EN EL ECUADOR

Henry Llanes

henryllanes35@gmail.com

 

 

 

A medio día de este lunes 20 de abril, se informó en los medios de comunicación nacionales e internacionales la caída estrepitosa del precio del petróleo -un balde de agua fría para el mundo petrolero- especialmente para los países que dependen del petróleo como es el caso de Ecuador, Nigeria, Argelia, los países árabes, especialmente Irán, Iraq y otros. Estos países ya no podrán exportar a los países compradores los mismos volúmenes del hidrocarburo y en los precios que lo venían haciendo hasta antes de la pandemia mundial del coronavirus.

Ante la falta de demanda del hidrocarburo por la contracción económica mundial, que seguramente durará meses o años para recuperarse, los países productores de petróleo se verán en la obligación de bajar la producción de sus yacimientos hidrocarburíferos, e incluso, en algunos casos tendrán que parar la producción[1], porque en el caso de Ecuador, los costes de producción: de USD 35, de USD 37.5 y USD 41 superan ampliamente el precio de exportación del hidrocarburo.

Desde mediados de marzo de 2020 hasta ayer 19 de abril, el crudo ecuatoriano se venía vendiendo por debajo de los USD 20 (precio referencial para ser entregado en mayo próximo), un ingreso inferior de la mitad de lo que cuesta extraerlo.

Con un ingreso menor a los USD 20 por barril, no es correcto extraer el petróleo para pagar la deuda a China y a Tailandia entregándoles tres o cuatro barriles en vez de uno, porque, cuando el Ecuador se endeudó con dichos países, el precio del barril de petróleo fluctúo entre USD 70 y USD 84 en el período 2010-2014; en el año 2015 se aproximó a los USD 42 y en el 2016 a los USD 35 por barril.

El nuevo ministro de recursos naturales no renovables tiene la obligación de renegociar los costes de producción del barril de petróleo, así como la entrega del petróleo a China y a Tailandia, si no lo hace se pone en riesgo la estabilidad del dólar.

En el período 1972-1977 el coste de producción del barril de petróleo fue del 18% y 5% con relación al precio de venta del hidrocarburo, mientras que en la actualidad, el coste de producción supera el doble del precio de venta; de Ripley.

Con el objetivo de recuperar los precios del petróleo un vocero de la OPEP informa que reducirán la producción petrolera en 10 millones de barriles por día, pero esta metodología de reducir o aumentar la producción de petróleo funcionaba en una economía global que no tenía los efectos de la actual pandemia mundial, la cual ha golpeado gravemente a toda la humanidad y a la economía de las manufacturas, del comercio, de los servicios, del transporte, del turismo, de los espectáculos de toda índole: deportivos, artísticos, cinematográficos, etc.

El viernes 17 de abril de 2020, CNN informó, que en ese día, en los Estados Unidos se vendió el galón de gasolina en menos de un dólar, es decir, casi a la mitad de lo que se vende en el Ecuador el galón de gasolina extra y ecopaís (USD 1,85 x galón).

 “El precio ex-refinería, es el precio de los productos derivados que salen de la refinería y que se determinan sobre la base del costo del crudo, los de refinación y una utilidad razonable.

Finalmente, el precio al consumidor de los derivados se componía del precio ex-refinería más los costos de transporte, almacenamiento y distribución, impuestos y una utilidad razonable por la distribución.

Este sistema de precios ordenó las relaciones de compradores y vendedores, dio claridad y lógica a las reglas que permitió al Ecuador gozar durante 23 años de precios aceptables y aun baratos de los derivados del petróleo.

Este sistema duró hasta enero de 1994, cuando el gobierno del arquitecto Durán impuso al país un sistema aberrante de fijación de precios, concebido únicamente para llevar recursos al presupuesto del Estado, aun con sacrificio de la lógica del mercado y de la economía de los consumidores” (Andrade, 1998)[2].

Es correcto focalizar el subsidio del precio de los combustibles, pero sobre la base de costos que establece la lógica del sistema contable, sin cometer trampas en contra del usuario de los hidrocarburos.

[1] Por razones técnicas o económicas es factible parar la producción petrolera que se realiza mediante los sistemas de bombeo mecánico, electrosumergible e hidráulico.

[2] Jorge Andrade Noboa, Ley y Petróleo, 26 años de legislación, 1998.