Opinión

Internet de las cosas: desafíos de una tecnología que hoy es una realidad

Un reciente estudio realizado por BI Intelligence pronostica que Internet de las Cosas (IoT) consistirá en 2020 de 24 mil millones de dispositivos conectados a la red. Este crecimiento sugiere cambios para la forma en que vivimos, el modo en que las empresas se conectan con los clientes, y los procedimientos que aplican a su gestión. Al respecto opinó para Télam el Ingeniero Bruno Rovagnati, Senior VP & Director Managing de R/GA para América Latina y docente de la Cátedra de IoT del ITBA.

En un contexto global en el cual existe una velocidad de cambio y de innovación tecnológica sin precedentes, es de suma importancia potenciar los trabajos del futuro que incentivan el mundo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), donde se requiere, cada vez más, profesionales capacitados que cuenten con los conocimientos necesarios para un entorno que está en constante cambio. Es el caso del fenómeno de Internet de las Cosas (IoT).

Un reciente estudio realizado por BI Intelligence pronostica que Internet de las Cosas (IoT) consistirá en 2020 de 24 mil millones de dispositivos conectados a la red. Este crecimiento sugiere cambios para la forma en que vivimos, el modo en que las empresas se conectan con los clientes, y los procedimientos que aplican a su gestión.

Mientras los desarrollos IoT aumentan su velocidad e intensidad, la educación formal no llega a adaptarse a ese ritmo y se puede llegar a un punto donde no haya estructura de recursos humanos para poder implementar la tecnología. Por este motivo, es esencial generar un puente entre el sistema académico y el mundo de la tecnología. Un ejemplo claro es la cátedra IoT del Instituto Tecnológico de Buenos Aires, dirigida a los alumnos de quinto año de la carrera de Ingeniería Informática de la Universidad. Allí se proporcionan las herramientas suficientes para realizar cualquier tipo de proyecto IoT, recorriendo las distintas tecnologías y aplicaciones que lo hacen funcionar, en conjunto a las diversas aplicaciones en el mundo real.

En el camino a ese gran desafío se deben desarrollar sensores e interfaces sencillas a la hora de la instalación y del uso. Actualmente hay muy pocos dispositivos con esas características, pero ya empezaron a aparecer plataformas que empiezan a abstraer las capas de complejidad para que la adopción sea cada vez más simple. Y cuando esto ocurra, la integración de esta tecnología va a ser muy rápida.

Si bien la aspiración del IoT radica en llegar a las ciudades conectadas, es necesario entender que esas grandes estructuras se componen de subestructuras que forman parte de un ecosistema funcional donde cada componente inteligente tiene una conexión que resuelve una serie de situaciones alrededor de una persona.

Dentro de esas ciudades inteligentes, los hogares y empresas estarán conectados a ese ecosistema para hacer más eficiente su funcionamiento. La automatización en industrias y comercios será tan esencial como el aporte de Ford con su línea de montaje o la llegada de los contenedores a las actividades navieras y portuarias. Tal es el sistema inteligente de los depósitos de Amazon, donde sus robots son los que se encargan de estibar y transportar las cajas de un lugar a otro, que sólo cuentan con personal para tareas de seguridad, o sea, que no entran personas al proceso. (TÉLAM/LA NACIÓN)