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Intento de soborno a árbitros en Segunda categoría

Ayer se presentó la denuncia. El tema será tratado en la Comisión de Disciplina de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), porque la dirigencia arbitral busca culpables.

GUAYAQUIL. René Marín es un árbitro de segunda categoría que nunca pensó que por este oficio pondría en riesgo su vida. El pasado domingo, mientras estaba en el camerino del estadio Joya de los Sachas (provincia de Orellana) cambiándose para arbitral en el partido Anaconda contra Fuerza Amarilla, de El Oro, fue interceptado por cinco sujetos, quienes se habría identificado como hinchas locales, que con armas de fuego los trataron de sobornar.

Han sido siete años de pitar partidos y de recibir insultos, pero es la primera vez que fue amenazado de muerte, según relata Marín, algo más repuesto del susto. «Esto hace que tengamos recelo para pitar a ciertos equipos, pero qué podemos hacer”. Por pitar un partido en segunda categoría, un árbitro como Marín gana $120.

En su informe, el juez relata que cinco sujetos intentaron sobornarlos y que, al recibir la negativa, metieron -$580- en el bolso de una de los réferis  y los amedrentaron con un arma de fuego. La terna rápidamente informó a miembros de la FEF y de la Policía Nacional, quienes estaban en el estadio, por lo que creen que el asusto no pasó a mayores.

El partido se jugó. El triunfo fue para los locales por 3-1 con varias irregularidades.  Esto será analizado por la Comisión de Arbitraje de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF). Sin embargo, el temor en él persiste, al igual que en la mayoría los réferis de ésta categoría.

Pero Sergio Farías, gerente de Fuerza Amarilla, detalló que desde el arribo del conjunto orense, fue maltratado por los locales, quienes aseguraban que en Machala habían recibido un trato similar, pero Farías aseguró que Fuerza Amarilla lo único que hizo fue no dejar ingresar a personas ajenas al partido hasta el término del mismo, lo cual es reglamentario.

Indicó que antes de que iniciara el partido, la dirigencia de Anaconda buscaba que el público reaccionada en contra de la delegación de Fuerza Amarilla, y se intentó sobornar a los árbitros, a quienes se mantuvo encerrados y amenazados con armas, por lo que demoraron su ingreso al campo.

Ayer, la denuncia fue presentada ante la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) porque no existen garantías para jugar en condiciones como la mencionada y se agregó que los árbitros también han comunicado el particular a su Asociación.

Conjuntamente la dirigencia de Anaconda desvirtuó cualquier vinculación con este acontecimiento. Además, dejaron todo en manos de la Fiscalía, entidad que conoció el caso el mismo domingo, dentro del estadio.

Pero este no es el único caso de soborno donde los árbitros se han visto involucrados. Hace dos años Fabricio Quinteros vivió un caso similar. Él era juez de la serie B, cuando fue designado para el encuentro entre Imbabura y Valle del Chota el  1.º de junio. Ese encuentro que fue ganado por el equipo imbabureño por 3-2.

Quinteros fue amenazado de muerte pocas horas antes del partido. El hecho se produjo a las 12:00 en las instalaciones del hotel Royal Ruiz, en donde los cuatro jueces se hospedaban. Dos personas armados ingresaron a la habitación 210 y lo amenazaron. Allí, el pedido fue: «Cuidado con favorecer a Valle del Chota».

Lo ocurrido fue comunicado a través del informe arbitral a la Comisión Nacional de Arbitraje, para que sea investigado, cuenta el réferi de 35 años. «Uno siente impotencia-dice- porque las personas no entienden que vamos a realizar nuestro trabajo. No buscamos perjudicar o favorecer a nadie».

En la Comisión de Arbitraje de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, según Galo Sánchez, Presidente de la Comisión de Arbitraje de la FEF, dijo que iban a llegar hasta las últimas consecuencias y encontrar culpables.

“El cuarteto arbitral puso la denuncia en la fiscalía en el cantón por el incidente ocurrido. La fiscalía será le encargada de llevar el caso y ojalá se logre descubrir de quién se trataba.”, añadió el directivo.

En la Comisión la mayoría de las denuncias solo son verbales y quedan de registro para las investigaciones respectivas.

Otro caso se dio el 15 de mayo de 2009, Miguel Hidalgo, exárbitro de la Serie A, también fue amenazado de muerte, antes de que dirigiera el juego en que Éspoli perdió 3-2 ante Macará en Ambato, recibió una llamada a su teléfono móvil.

El jefe de la Comisión de Seguridad de la FEF, José Vinueza, afirma que desde hace cuatro años la delegación que preside ha procesado una «labor preventiva», que está basada en la protección de los árbitros en conjunto con la Policía Nacional.

Asimismo el árbitro de primera categoría Samuel Haro fue objeto de amenaza. Él presentó, el 8 de noviembre de 2009, una denuncia en la Fiscalía de Riobamba por amenazas de muerte contra él y su familia.

El juez de 35 años, dijo que, mientras dirigía el partido entre Liga de Quito y Macará, en el estadio Casa Blanca de Quito, un pariente recibió dos llamadas en las cuales los insultaban y amenazaban. Las investigaciones, según él, no avanzaron por falta de pruebas, a pesar de que la fiscalía identificó el lugar de donde se efectuaron las llamadas.

Al preguntársele  a Sánchez si este incidente no es parecido al que terminó con la exclusión del Pilahuín Tío, respondió: “Aquí fue muy distinto, fue un intento de soborno que no fue aceptado por el cuarteto arbitral. No hubo más que ese pedido por parte de las personas que se presentaron, solicitando que se les ayude al equipo Anaconda. Felizmente no fue algo mayor.” (DO/La Nación)