Antonio Aguirre

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Según últimas informaciones, la señora ministra Nathalie Cely, fue invitada a una reunión con empresarios dirigentes de algunas Cámaras de la producción y comentó la disposición del Gobierno para tratar una futura alianza pública- privada.

Hasta ahí todo perfecto. En bien del país cualquier sacrificio es indispensable y necesario, más que todo si el señor Presidente de la República, muy a su pesar, ha manifestado que en el país éste año habrá un decrecimiento en la economía.

Como no todo es color de rosa, simultáneamente la señora presidenta de la Asamblea Nacional y otros altos funcionarios comunicaban al país el retorno a la Asamblea de las conflictivas leyes de Herencia y Plusvalía así como también las reformas a la Constitución aprobada en Montecristi, muy en especial entre ellas, la más controvertida de todas: la Reforma Constitucional a la reelección indefinida.

Como conclusión, por un lado a los jóvenes dirigentes de las Cámaras que por supuesto son muy preparados pero carentes de experiencia  y con mucha ingenuidad se sienten felices del ofrecimiento del Gobierno, pero en cambio,  por el otro lado los asustan con el garrotazo de la Asamblea.

En toda negociación existen voluntades e intereses contrapuestos y para que sea exitosa tienen que haber concesiones mutuas.

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