Opinión

Idealismo y objetivismo

Juan Javier Campoverde

jj_campoverde@hotmail.com

@JuanCalambre

Entre los filósofos que ha registrado la historia de la humanidad existe uno que se considera una eminencia, Immanuel Kant. Obtuvo su fama al indagar sobre los alcances del conocimiento humano, en un libro llamado Crítica de la Razón Pura.

Vivió hace poco más de 200 años. Y aunque parezca mucho, en términos de conocimiento es poco tiempo. Es decir, hasta principios del siglo IX no había un acuerdo en cuanto a los límites de la razón.

En su libro concluye que la realidad tiene aspectos que la razón no puede conocer. Y no solo se refiere a cosas fantásticas como dioses o dragones, sino a objetos cotidianos como un árbol o una silla, éstos solo se podrían conocer de forma parcial.

¿Cómo logra Kant negar el conocimiento total de la realidad volviéndolo parcial? Su fórmula es simple, dividió la percepción en dos: el noúmeno y el fenómeno. Así resulta fácil: sólo tenemos acceso a los fenómenos.

El planteo kantiano sigue vigente en las esferas académicas: no se puede conocer la realidad en sí, sino para mí. Un dualismo que degenera en una especie de relativismo de la razón. Se lo conoce como idealismo.

Por otro, lado a mediados del siglo XX surgió un nuevo planteamiento con respecto a la aprehensión de la realidad, el objetivismo. Esta doctrina afirma que la realidad sí puede ser conocida en su totalidad, y lo que no conocemos simplemente no forma parte del conocimiento.

El esquema es sencillo y fue planteado por Ayn Rand, creadora del objetivismo. Según ella, la realidad se puede conocer mediante las categorías objetivo – subjetivo. El conocimiento objetivo sería el que está asentado en la razón, mientras que el subjetivo en todo lo demás.

Al comparar ambas posturas bajo una perspectiva tradicional, la de Kant resulta humilde y la de Rand soberbia. Uno afirma que podemos conocer solo un aspecto de la realidad; y la otra, que podemos conocerla en su totalidad.

Los pormenores de este debate son grandes, pero en términos generales las posturas se reducen a eso. Sin embargo, cada día esas posturas adquieren nuevas perspectivas.

Mientras el objetivismo es rechazado del canon académico, y los filósofos aprenden y enseñan que la razón tiene límites; el conocimiento científico, que también es humano, avanza precipitadamente. Por ahora la filosofía parece estar estancada.

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