Opinión

Humanidad: Una especie en peligro de extinción

Lic. Denisse Casalí L.

denissecasali@gmail.com

@denissitacl

Conforme pase el tiempo las cosas seguirán empeorando, el mundo seguirá sumergiéndose en un mar de caos, sin dinosaurios, porque somos nuestro propio Big bang; somos nuestra arma más peligrosa, a quien más debemos temer es a nuestra propia especie, a nosotros mismos

Nos preocupamos tanto por optimizar los procesos tecnológicos cada día un poco más para poder facilitar nuestra vida cotidiana acomodándola al servicio de un botón, que vamos olvidando la verdaderamente importante y sin embargo aquí estamos viendo como determinan otros nuestro periodo de existencia, como si lo corto o largo de tu vida dependiera del estado emocional y mental de un desconocido.

En el futuro muy poco importará si los carros vuelan, si aprendemos a respirar debajo del agua o si los alimentos se modifican en busca de mejores beneficios, ni siquiera importará si los paneles solares se vuelven el producto estrella que podamos adquirir a la vuelta de la esquina, pues, de nada servirán los avances alcanzados, tanta tecnología, vencer al envejecimiento y otros temas futuristas si hoy lo que más asusta es que la espiritualidad y la humanidad está convirtiéndose en una especie rara en peligro de extinción.

Somos inteligentes para producir bienes, para venderlos y comprar con la ganancia generada todo lo material que tengan impuesto un valor económico, sin embargo vivimos sin pensar que lo único que no tiene valor económico es el tiempo, aquel que no puedes sobornar, comprar o regalar a tu antojo. La salud por ejemplo, puede cortar o alargar tu tiempo de vida, cuando no hay otra salida, cuando la solución no es encontrada por grandes científicos/doctores, empieza una carrera mortal contra el tiempo que difícilmente se gana.

El poder económico, político, religioso no sirve de nada cuando la vida se empeña en desafiarte con accidentes de tránsitos, desastres naturales, enfermedades incurables, y situaciones inesperadas fuera de tu control; éstas no distinguen clases sociales o puestos de trabajos, mucho menos te descarta por tu cuenta de banco o acciones en Wall Street, y así vemos a diario al hombre desafiante, egocéntrico que se cree inquebrantable y jamás vencido, y ese falso poder los eleva a lugares espiritualmente incorrectos y comienzan a acechar la vida de otros por simple satisfacción.

Mira a tu alrededor, hojea un periódico, prende la TV y verás cosas terribles que pasan en el mundo entero, las noticias cada día son más grises y macabras, el ser humano se encuentra exterminando a su propia especie, no veo que haya acción que los detenga, todo lo contrario, en nombre de su Dios justifican la criminal hazaña con la que se vuelven tendencia. Ya ni siquiera nos asusta el número, si son menos de cinco personas perjudicadas por proyectiles o similares nos sentimos victoriosos ¿Qué le ha pasado a esta generación criminal? ¿Cuándo dejamos que la humanidad que guardábamos tan sensiblemente en nuestro interior se apagara? Volvamos a encenderla…

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