Opinión

HISTORIA GENÉTICA Y ECONÓMICA DE NUESTRA PRODUCCIÓN CACAOTERA

Freddy Amores P.
Cdla.Palmar del Sol, Mz. 2, Villa 19,  Km. 4. 1/2  vía Quevedo-El Empalme
Quevedo, Los Ríos, Ecuador

famores.ec@gmail.com

 

Partiendo de su origen en la cuenca Amazónica, la historia del cacao en el Ecuador aporta con hechos para mejorar la comprensión de su genética, producción y economía hasta nuestros días, y visualizar escenarios futuros. Estudios recientes revelan el uso del cacao como bebida en eventos ceremoniales de la cultura Mayo-Chinchipe hace 5000 años, en lo que hoy es la zona de Zamora Chinchipe. Reportes previos mencionan su domesticación en el sur de México hace 3000 años.

Exploraciones en la zona de Zamora-Chinchipe (2010-2019) en el marco de un proyecto CIRAD-INIAP, permitieron la observación de árboles de cacao silvestre; algunos con almendras color violeta, rosado y blanco. La morfología del fruto, color de las almendras y resultados de ADN, muestran su cercanía genética al cacao Nacional. Al parecer, en el periodo prehispánico, nativos de esta zona transportaron semillas de los posibles ancestros a la región Litoral, convirtiéndose en el origen de los almacígales de cacao que vieron los primeros europeos que llegaron a nuestras costas. La evaluación del material de siembra rescatado está en marcha y podría conducir al desarrollo de nuevas variedades.

Los embarques de cacao a Europa, en el siglo XVI, se nutrieron de la cosecha de estos almacígales. La siembra intencional de cacao a comienzos del siglo VII aumentó el volumen exportable y así nació nuestra agricultura cacaotera. Su cultivo en suelos fértiles de bancos ribereños, siguiendo los afluentes de rio Guayas aguas arriba, facilitó el transporte del cacao “Arriba” a Guayaquil. Con el tiempo el cacao comenzó a sembrarse en terrenos más altos, incluso lomas, lejos de las orillas de los ríos; la falta de agua en el verano castigaba el rendimiento. Al inicio del siglo XVIII ya se exportaban más de 1000 toneladas.

Las últimas décadas del siglo XIX, vieron a propietarios de grandes huertas introducir al Ecuador cacao Trinitario desde Venezuela. Más resiliente a entornos adversos, este cacao surgió en la isla de Trinidad (frente a la costa venezolana) luego del cruce espontáneo entre dos grupos genéticos: cacao Criollo x cacao Bajo amazónico. A campo abierto el cacao Trinitario se cruzó con el cacao Nacional y la expansión del cultivo siguió adelante con la siembra de semillas de esta hibridación natural. Este es el origen de la población Nacional x Trinitario en nuestras huertas tradicionales; con frecuencia se le llama simplemente cacao tipo Nacional.

En tiempos de la independencia la producción cacaotera ascendía a poco más de 5,000 toneladas y entrando al siglo XX era 20,000 toneladas; en 1922 alcanzó un máximo de 50,000 toneladas. Por estos años, la aparición de las enfermedades Moniliasis (1916) y Escoba de Bruja (1920), comenzaron a recortar severamente las cosechas. El rápido avance hizo retroceder la producción hasta 10,000 toneladas en 1930. La presencia de árboles con poca afectación despertó el interés de los productores quienes sembraron sus semillas; las nuevas plantas igual se enfermaron. La caída de la demanda y precios, en respuesta a la depresión económica de EE. UU (1929-1933) y segunda guerra mundial (1939-1945), agudizo la crisis de la economía cacaotera. Con menos de 10,000 toneladas, la producción llego a su punto más bajo en los 40’s. Sin embargo, la demanda renació en los 50’s; la producción avanzó en respuesta al incremento de la superficie sembrada hasta estabilizarse en unas 100,000 toneladas al final del siglo. Pero la productividad media siguió estancada.

La isla de Trinidad tuvo mucho que ver con la evolución de la genética cacaotera de nuestras huertas. Trinidad se había convertido en un Banco genético de cacaos silvestres (el clon IMC 67 entre ellos) rescatados de la alta Amazonia en los años 30’s y 40’s, por científicos ingleses del Colegio Imperial de Agricultura en esta colonia inglesa. Además, Trinidad también estableció un Banco de clones de cacao Trinitario (ICS 95 entre ellos), de árboles seleccionados en sus huertas comerciales. Distintos países, entre ellos Ecuador, recibieron material de siembra de ambos Bancos. En la Hda. Pichilingue (Quevedo), que luego se convirtió en Estación Experimental Tropical Pichilingue (1943), los clones importados de Trinidad se cruzaron en forma dirigida con clones locales, y también entre ellos; algunos híbridos se distribuyeron en los 60’s para siembra comercial. De una investigación por el señor H. Castro, en la zona de Naranjal, surgió al árbol CCN 51, una de las plántulas de la progenie del cruce ICS 95 x IMC 67; su gran potencial productivo se fijó mediante clonación. La siembra masiva de este clon a partir del 2000 benefició la productividad media del país que antes era 0.3 ton/ha; en la actualidad es 0.7 ton/ha. En función del nivel de control tecnológico, las huertas de CCN 51 muestran un amplio rango de productividad (0.8 a 3.0 toneladas/ha); se visualizan buenas oportunidades para aumentar la productividad media nacional acortando esa brecha.

Un convenio entre los gobiernos del Ecuador y EE. UU (1942), condujo a la ejecución de un proyecto para seleccionar árboles superiores del tipo Nacional; con este fin se visitaron cientos de huertas, emulando un proyecto similar que tuvo lugar primero en Trinidad. Clones de los árboles seleccionados se incorporaron al Banco genético en la Hda. Pichilingue; con el tiempo se introdujeron más clones de árboles seleccionados en fincas. Los clones EET 19, EET 48, EET 62, EET 95, EET 96 y EET 103, entregados en los 70’s, provienen de dicho Banco. Antes, al final de los 30’s, la compañía United Fruit había emprendido visitas a huertas cacaoteras para seleccionar árboles superiores; el resultado fue un Banco genético de casi 3000 árboles de semilla en el Centro de Cacao de Aroma Tenguel (CCAT). En los 90’s, INIAP evaluó el 10% de dichos árboles; los más prometedores, casi un centenar, se clonaron y trasladaron a la Estación Pichilingue. Los clones EET 544, EET 558, EET 575 y EET 576, entregados para uso comercial en el 2009, se originaron de estas plantas. Desde la mitad de los 90’s el INIAP comenzó la ejecución de sendos programas de mejoramiento genético del cacao; los clones INIAP 800 e INIAP 801, de alta productividad y entregados oficialmente en el 2016, surgieron de este esfuerzo investigativo. La productividad de ambos es comparable a la del CCN 51; otros clones altamente rendidores están en proceso de validación.

Con una tasa de crecimiento anual del 5% en los últimos 20 años, nuestra superficie cacaotera llega a 560,000 hectáreas. En el 2022 se exportaron 414,000 toneladas que causaron ingresos por $ USD 1,068,000; sumando un 5% de consumo interno, la cosecha bien podría acercarse a 430,000 toneladas, ubicando al Ecuador como tercer productor mundial. Casi un tercio del área sembrada aún son huertas tradicionales de cacao tipo Nacional; el resto es mayoritariamente CCN 51 y pequeñas superficies de otros clones. La producción actual del cacao tipo Nacional se estima en menos de 100,000 toneladas anuales. La siembra de CCN 51 continúa sustituyendo al cacao tradicional, maíz, palma africana, pastizales y otros cultivos. Por otro lado, a pesar de su alta productividad, el avance de las siembras con INIAP 800 e INIAP 801 es lento, pero podría ir más rápido. La inversión en investigación, transferencia e innovación tecnológica es clave para duplicar la productividad, mejor en la siguiente década pues el potencial existe. Se duplicaría la economía de la cadena del cacao con más bienestar para el Agro. Sistemas de siembra con variedades policlonales de alto rendimiento y perfiles sensoriales diversificados pueden ser parte del futuro cacaotero del país.