Opinión

Guayaquil desde los ojos de un inglés

Descripción de Guayaquil de William Bennet Stevenson, inglés que arriba de Lima en 1808 para ejercer como Secretario del Conde Ruiz de Castilla, recién nombrado Presidente de la Real Audiencia de Quito:

A altas horas de la noche llegamos al punto de anclaje en el puerto de Guayaquil. Nunca tuve una vista tan resplandeciente como la que entonces tenía frente a mí. La larga hilera de casas a un lado del río tenía dos filas de luces, una venía desde las tiendas de abajo y otra de los pisos superiores donde son las viviendas de los habitantes del puerto. Al extremo norte de esta fila de luces se levantaban, una sobre otra, en un cerro, las casas de la «ciudad vieja» y también se veía en las orillas muchas balsas amarradas y otras, con luces a bordo, pasando el río.

Todo esto brindaba una imagen deslumbrante y placentera… Esta ciudad es la capital de la provincia y residencia del Gobernador. La autoridad municipal la ejercen dos alcaldes y otros funcionarios. En la aduana trabajan un contador, un tesorero y otros funcionarios menores. La administración militar está a cargo del Virreinato de Lima, la civil de la Audiencia de Quito y la eclesiástica del Arzobispado de Cuenca…

La generalidad de las casas son grandes y cómodas y tienen un aspecto bastante elegante en especial las que se hallan a lo largo del Malecón. Todas están construidas de madera y por tanto el riesgo de incendio es grande. En los años de 1692, 1707 y 1764 la ciudad quedó casi completamente reducida a cenizas. Además de estos grandes incendios (faltaba por ocurrir el devastador de 1896) la ciudad ha sufrido otros once incendios parciales…

El clima es en extremo caliente y la ciudad rodeada de cenagales.Aquí se presenta un fenómeno que sorprende gratamente a los extranjeros, la tez de las guayaquileñas es muy delicada; el lila y el rosa se combinan encantadoramente en sus mejillas.

Las damas no sólo son muy bellas sino también tienen rasgos bonitos y son bien proporcionadas: de figura gentil, garbo elegante, caminan bien y bailan con mucha gracia.

También son muy despiertas y agudas en la conversación. En general las de Guayaquil superan a las de cualquier otra ciudad que visité en Sudamérica. Su conducta privada está tan libre de frivolidad como su comportamiento público de mojigatería.

Los hombres son más emprendedores en sus asuntos comerciales y las clases bajas más industriosas que la de otros lugares de las colonias; en realidad Guayaquil lleva la marca de la actividad y el trabajo.

Los pasatiempos favoritos son las corridas de toros, las excursiones marinas y fluviales en balsas y el baile. En especial el baile es una diversión que gusta a todas las clases sociales. En la noche no faltan arpas, guitarras o violines que hagan oír sus ritmos en casi todas las calles. Pese a ser una ciudad tropical la gente de aquí prefiere los valses y los bailes europeos a cualquier otro tipo de baile.

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