Silvio Devoto Passano

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La del cinco de marzo del año en curso fue para nosotros los “mayores” una tarde diferente, un domingo distinto, provocado por la circunstancia poco común de que cinco figuras de la fusta “de antes” estuvieran en el MSD disfrutando de las carreras.

Cinco grandes,  grandes de verdad, que iluminaron centenares de jornadas hípicas en los hipódromos “Santa Cecilia” “Costa Azul”, “Carlos Aguirre Avilés” y “Miguel Salem Dibo” con extraordinarias exhibiciones, todos en la segunda mitad del siglo pasado.

Pelo blanco, calvicie prominente en varios de ellos, abdomen ligeramente abultado en algunos, anteojos de aumento para poder leer mejor el programa y la misma cordialidad de cuando rivalizaban lealmente sobre un puro de carreras.

Tres son ecuatorianos de nacimientos y los dos restantes por adopción, por cariño, por gratitud a un país que los acogió con afecto y los “adoptó” como propios, cuatro de ellos radican en USA y hoy vacacionan en el Guayas, me permití llamarlos y solicite al principal de Buijo la programación de una carrera especial saludando su presencia.  Cuantos recuerdos, decenas de anécdotas, muchas de ellas relatadas en las semblanzas sobre cada uno de ellos en ediciones anteriores de esta Revista.

Todos ganadores de estadísticas en Ecuador, Leonardo Mantilla (83) corrió además en Colombia y Argentina donde llegó a ganar los 4.000 metros del “General Pueyrredón”  con Niarkitos, Juan Dongo(78) de muy buena campaña en su país natal, Patricio Correa (75) ganador en Panamá y USA, y Ricardo Luque (67) de lucida actuación en Colombia, Panamá y El Salvador, amigos queridos de tantos y tantos años dejaron en nuestra afición una impronta ejemplar como profesionales de altísimo nivel y de maravillosos ser humanos.

A nombre de los “viejos” que tuvimos la fortuna de verlos conducir, tan solo cuatro palabras expresaran mucho, que lo dicen todo GRACIAS POR TANTA ALEGRÍA.