Opinión

GIANCARLO MALNATTI SANTOS

Silvio Devoto Passano

sidepaderby@hotmail.com

EL ROSTRO ALEGRE DE NUESTRA HIPICA

Su presencia no puede pasar desapercibida en reunión alguna, social o deportiva, cita de trabajo, junta bomberiles, o días de carreras, es siempre el centro de divertidas charlas y la risa, el festejo, la broma de  buen gusto tienen en Giancarlo el nervio motor para superar el estrés acumulado, los problemas que de alguna manera nos agobian.

Tuve el placer de conocer a sus abuelos paternos, Giovanni y Enriqueta, él siempre bien trajeada, ella elegante y guapa con un cutis de colegiala aun siendo ya muy mayor, y ver a Giancarlo hoy me hace recordar mi niñez y juventud  en la Dulcería de mis padres que ambos la visitaban casi a diario.

Tiene la simpleza de una criatura fácilmente accesible a sus generosos y nobles sentimientos, bueno, derecho, alegre, conversador, siempre tiene algo novedoso que comunicarte, algún video “especial” que mostrarte o algún último “chisme” que contar. Es un terapista ideal, el mejor de todos.

Contagia un entusiasmo vital con su corazón de niño grande jugueteando permanentemente hasta hacernos pensar que el Book es una “casa grande”, la suya y la mía, la de todos.

Ahí las oficia de cantante, tiene un popurrí original digno de ser llevado al acetato, es un maestro para cobrar penales, y regular jugador de raya. Bailarín consumado, luce igual en pausado y romántico bolero  que en movida cumbia, agitado mambo, un atildado tango apache, reguetón, salsa o la música que le pongan y su “canto de gallo” y “lamento de perro atropellado” son disfrutados por todos los que tenemos el placer de compartir con él los momentos hípicos.

Algún día Santiago lo definió en apenas seis palabras… un gran enredo con buenas intenciones.

Exige la comida bien caliente y tarda dos o tres horas en degustarla y le sirve el ceviche en una ensaladera donde camarones y tilapias tienen tiempo y campo para largas y movida charlas.

Aficionado a carreras desde hace poco más de tres décadas, llegó a Buijo de la mano de su gran amigo Julio Ernesto Pernigotti encontrando en el turf el segundo gran amor de su vida, compartido casi a diario  con el Book, las mañanas sabatinas de aprontes y las tardes del domingo, último round semanal del “burrero”.

Propietario de caballos, sus mayores alegrías las vivió con el noble Mr. Kentucky, acude de manera frecuente al herraje de ganadores invitados por los dueños de caballos que, a decir, de él, lo consideran el AMULETO de la buena suerte que los ayuda a obtener el éxito deseado.

Accedió en más de una ocasión el pedido de los principales de Metrocentro S.A. en el difícil y siempre cuestionado cargo de Comisario de carreras y hoy preside con singular acierto dicha comisión que es garantía absoluta del espectáculo.

Bombero jubilado, hípico activo, amigo incondicional, señor de señores, su nombre es GIANCARLO MALNATTI SANTOS y lo llamamos simplemente GIANCA.

Finalizo estas líneas con un sincero GRACIAS, GRACIAS POR TANTA ALEGRÍA .

Las opiniones vertidas en el medio son de responsabilidad del autor.