Expertos piden en Roma procesar alimentos para que no acaben en la basura
Otro ejemplo que puso fue el cultivo de nuevas semillas mejoradas de tomate, que había pasado a utilizarse como materia en otros negocios agroindustriales.
ROMA. Varios expertos reunidos en Roma llamaron hoy a introducir cambios en la cadena productiva con el fin de procesar los alimentos de manera que se puedan utilizar para nutrir a la población y evitar así que terminen en la basura.
El director de Sistemas Alimentarios de la Organización de la ONU para el Desarrollo Industrial (ONUDI), Karl Schebesta, destacó en un seminario en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que solo el 38 % de los productos están procesados en los países menos desarrollados.
Apuntó que las pérdidas en las distintas fases de la cadena alimentaria suponen 3,3 gigatoneladas de emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera y el despilfarro de 550.000 millones de metros cúbicos de agua y 1.400 millones de hectáreas de tierra.
Ante este panorama, Schebesta llamó a procesar los alimentos básicos para evitar sus pérdidas y agregó que si estas se reducen en un 30 % se podría alimentar a 1.000 millones de personas en el mundo.
El responsable reconoció la dificultad de introducir mejoras en las etapas posteriores a la cosecha cuando solo el 34 % de los agricultores en países de bajos y medios ingresos tienen acceso a los recursos y a los mercados.
En ese sentido, consideró que falta financiación, infraestructuras, educación, investigación, transferencia de tecnologías y leyes que permitan a estos productores participar en los mercados internacionales.
Otro de los participantes, el diplomático costarricense y experto en agricultura Luis Fernando Ceciliano describió el uso de la tecnología en su país para aprovechar las cosechas y aumentar la producción.
Si antes se descartaba en Costa Rica hasta el 20 % de la producción de rambután (un fruto tropical) por defectos en su tamaño o color, ahora distintas cooperativas han aprendido a emplear los restos para elaborar yogures y helados, explicó Ceciliano.
Otro ejemplo que puso fue el cultivo de nuevas semillas mejoradas de tomate, que había pasado a utilizarse como materia en otros negocios agroindustriales.
Igualmente comentó cómo distintas comunidades indígenas estaban aprendiendo a emplear nuevas tecnologías, cultivos y herramientas para el control de pestes, o cómo la fruta de la guayaba servía para hacer mermeladas y otros productos en vez de ser desechada.
El director general adjunto de la FAO Ren Wang sostuvo que las pérdidas de alimentos no suponen algo «accidental», sino que están presentes de manera integral en los sistemas alimentarios.
Recordó que un tercio de los alimentos producidos en el mundo se pierde o acaba en la basura, lo cual -dijo- repercute en la disponibilidad de los recursos naturales para el futuro y tiene un impacto a nivel económico, político, social y cultural. (Efe/ La Nación)