Claudio Campos

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@claudioncampos

Las ilusiones se multiplican cuando la ingenuidad domina los pensamientos y el futuro sólo devela divertimento. Es en esa etapa tan preciada de la vida que por ser tan importante debería regalarnos más recuerdos y noción en esos instantes mágicos de lo valioso que estamos viviendo para gozar y comprender muchas situaciones que con certeza marcarán para siempre nuestro largo camino.

La pelota es normalmente la anfitriona que nos recibe entendiendo nuestros deseos y abriga de tal manera a todos que nos permite soñar con su desinteresado y enamoradizo accionar. Pero con el paso del tiempo el horizonte comienza a ponerse cada vez más lejano y aquellos anhelos sufren desilusiones nunca imaginadas que en muchos casos son difíciles de superar. El fútbol es un juego que cautiva de tal manera que todos tienen el permiso de jugarlo pero se caracteriza por ser muy exquisito y selectivo en la elección de los realmente capaces de jugarlo con nobleza, hidalguía y mucho estilo o glamour.

La mayoría quiere ser parte del enigmático cosmos del balompié, pero si nos remitimos a estadísticas encontraremos que un porcentaje muy bajo recibe la tan ansiada invitación de poder participar como huésped de lujo en una fiesta para exclusivos. Entonces es en ese preciso instante dónde me pregunto, por qué tantos bendecidos con esta posibilidad y que nacieron con las condiciones no la valoran y disfrutan al máximo como lo harían con seguridad las infinitas almas que se quedan con el pobre consuelo de simplemente haberlo intentado?

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