Es peligroso “sonarse” los huesos
Tronarse, sonarse, o crujir los huesos (como quieras llamarlo), es una práctica muy habitual, sobre todo porque lo usamos para descontracturar.
ESTADOS UNIDOS. Diferentes estudios indican que es peligroso sonarse los huesos. Están, claro, las razones por las cuáles se llega a esta conclusión. También podrás conocer en este artículo qué es lo que ocurre al oír ese sonido tan particular.
Ese ruido que escuchamos al tronarnos los dedos, las muñecas, los tobillos o cualquier parte del cuerpo se deba a las burbujas que tenemos en el líquido que recubre la articulación, al reventarse. Es bueno saber que las articulaciones son el lugar de contacto entre los huesos y están cubiertas por un líquido “sinovial”, espeso. Cuando se trona, se estira o se dobla un dedo, por ejemplo, la articulación se separa.
La cápsula que rodea esta articulación se estira y aumenta su volumen, disminuyendo su presión.
Cuando ocurre esto, los gases sueltos en el líquido sinovial forman burbujas. Al explotar producen ese chasquido particular.
Tronarse, sonarse, o crujir los huesos (como quieras llamarlo), es una práctica muy habitual, sobre todo porque lo usamos para descontracturar. Sin embargo, diferentes estudios indican que es peligroso sonarse los huesos. Están, claro, las razones por las cuáles se llega a esta conclusión.
Ese ruido que escuchamos al tronarnos los dedos, las muñecas, los tobillos o cualquier parte del cuerpo se deba a las burbujas que tenemos en el líquido que recubre la articulación, al reventarse. Es bueno saber que las articulaciones son el lugar de contacto entre los y es huesos tan cubiertas por un líquido “sinovial”, espeso. Cuando se trona, se estira o se dobla un dedo, por ejemplo, la articulación se separa.
La cápsula que rodea esta articulación se estira y aumenta su volumen, disminuyendo su presión. Cuando ocurre esto, los gases sueltos en el líquido sinovial forman burbujas. Al explotar producen ese chasquido particular.
El gas necesita una media hora para disolverse en el líquido, por ello, una vez que nos tronamos una articulación, se conseja no hacerlo de nuevo hasta 30 minutos después del sonido escuchado. En relación a los riesgos de este hábito tan común, vale decir que no hay demasiadas investigaciones científicas.
Se intentó analizar a diversas personas que solían tronarse los dedos para saber si tenían daños en sus articulaciones como ser artritis o artrosis.
Lo que si se descubrió en este estudio es que los dedos de la mano presentaban señales de daños, como ser lesiones en los tejidos blandos y disminución de la fuerza para tomar alguna cosa. Esto parece estar ligado al estiramiento y contracción, rápido y repetitivo de los ligamentos de las articulaciones. (Internet/ La Nación)