Antonio Aguirre

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Después de vivir el día de ayer un sobresalto por el cambio abrupto de los resultados electorales, que luego de una paralización de la información y el regreso de la misma con valores totalmente cambiados, hace suponer que existieron manos negras que intervinieron en el asunto y lograron revertir los 600.000 votos de diferencia y pasar adelante con 200.000, en solamente 30 minutos.

A mi manera de ver todo estuvo preparado con recetas importadas que estuvieron perfectamente advertidas, especialmente en el campo de la informática, podría ser que el equipo no tomo las debidas seguridades y se dejaron madrugar como a simples criaturas que les quitan el chupete de la boca.

El equipo está compuesto por jóvenes preparados, pero con poca o ninguna experiencia electoral, adelantándolos en una misión que todavía no les correspondería por su escasez de conocimientos en la materia, la parte comunicacional del candidato permitió que repita lo mismo de lo mismo, en una corta intervención, lo escuché decir por lo menos diez veces: «Un millón de empleos en cuatro años», y en otra «La dictadura de un solo partido», entre otras.

No pareció oportuno que el candidato de nombres de personas para ocupar altos cargos públicos sin haber ganado la elección, lo que supone un triunfalismo con un palanqueo inmediato.

El ejercito de voluntarios fracasó en la recaudación de las fotos de las actas escrutadas, logrando captar un mínimo porcentaje de ellas, según se informó iban a ser dirigidos por militares en servicio pasivo.

El equipo ya debe haber solicitado la nulidad de lo actuado presentando las pruebas evidentes del fraude y pedir el recontéo votó por voto, no hay otra salida aunque difícil lograrlo, es la única.

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