Opinión

ENERGIA, FOTOSINTESIS, AGRICULTURA Y CAMBIO CLIMATICO

 Ing. Agr. Freddy Amores P.
Cdla. Palmar del Sol
Quevedo, Los Ríos, Ecuador

Freddy Amores P (agosto, 3 – 2022)

Narrativas simples de temas complejos facilitan la comprensión, concientización y adopción de comportamientos favorables por el común de la gente. El impacto del cambio climático en la Agricultura y seguridad alimentaria es uno de esos temas.

Energía, es decir la capacidad de hacer trabajo físico y mental, es un concepto opaco pero clave para hilvanar dicha narrativa. Actividades como caminar, estudiar, o sembrar, demandan energía. Desplazarse grandes distancias, estudiar intensivamente, o plantar más arboles por día, incrementa la demanda energética. La alimentación almacena energía en nuestro cuerpo y la respiración la hace disponible para mantener los procesos vitales. Todas las especies que habitan la Tierra dependen de la energía luminosa que nos llega desde el sol, empaquetada en fotones a una velocidad increíble (300,000 km/segundo).

La clorofila, pigmento al que las hojas deben su color verde, permite a las plantas capturar la energía luminosa de los fotones para disociar la molécula de agua en sus componentes, hidrógeno y oxígeno, el inicio de la fotosíntesis. Producto de la disociación, el oxígeno fluye a la atmosfera y el hidrógeno se almacena como energía química en moléculas de ATP y DAPH. Ambas aportan la energía para fijar el dióxido de carbono y fabricar glucosa, la primera molécula orgánica al final del proceso fotosintético, piedra de construcción del resto y de la vida.

Nuestros antepasados nómadas se dedicaban a la recolección de frutos, caza y pesca para abastecerse de energía. Se desplazaban grandes distancias buscando alimentos para sobrevivir, casi sin tiempo para otras tareas. Hace unos 12,000 años surgió la Agricultura como solución a este problema. El control de la producción de alimentos a partir de cultivos y domesticación de animales los benefició primero con distintos niveles de seguridad alimentaria, y luego con los excedentes. Dejaron de ser nómadas y aparecieron los primeros asentamientos. El desarrollo científico y tecnológico de la Agricultura hasta el presente, asombra por su capacidad para alimentar a una población mundial en crecimiento constante. La cosecha de luz solar convertida en alimentos, bienes y servicios es un concepto poco habitual pero útil para definir la Agricultura desde un enfoque energético; aunque cada vez hay menos tierra que cultivar.

Desde hace más de 160 años, el petróleo a través de los combustibles fósiles, es la base de un modelo económico, ahora insostenible por su contribución al calentamiento global. El petróleo también es energía solar almacenada como resultado de la descomposición de restos orgánicos a presión y temperatura elevada, durante muchísimo tiempo. La humanidad necesita adaptarse para substituir los combustibles fósiles que emiten el dióxido de carbono fijado por la fotosíntesis hace millones de años y que ahora al acumularse en la atmósfera la calientan en exceso, con fuentes energéticas menos contaminantes.

Toda cuenta al momento de intensificar la fotosíntesis en el presente para fijar el exceso de CO2, añadir el vivificante oxígeno a la atmósfera y reducir el impacto del cambio climático. La protección de bosques, siembra de plantas arbóreas y prácticas agrícolas conservacionistas, entre otras, son medidas simples y efectivas para contrarrestar el fenómeno, mejor si se respaldan con políticas ambientales robustas. El futuro de la seguridad alimentaria depende de ello.