Economía

El Estado invierte USD 2,64 por habitante en cultura

El dinero que el Fisco asigna al Ministerio de Cultura y Patrimonio ha disminuido de forma considerable en los últimos nueve años. El presupuesto devengado (comprometido y pagado) para 2013 fue de USD 31 millones, pero siete años después, para 2020, descendió a USD 16,8 millones, una caída de casi la mitad de los recursos. Para 2021, la tendencia a la baja continuó. Al 24 de noviembre pasado, el Ministerio de Economía registra USD 12 millones.

Este recorte del gasto administrativo y de inversión de esta Cartera de Estado también se extendió a sus Entidades Operativas Desconcentradas (museos, bibliotecas y archivos). Entre las instituciones damnificadas también están la Casa de la Cultura Ecuatoriana y sus 24 núcleos provinciales, el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), el Instituto de Fomento a las Artes y la Creatividad (IFCI) y la Casa de Montalvo.

Otro ejemplo: el INPC, que preserva y conserva el patrimonio material e inmaterial del país, ha pasado de USD 16,8 millones en 2013, a USD 5,3 millones en el año 2020, tres veces menos. En este 2021, que está por terminar, ha devengado USD 4,2 millones.

Estas instituciones son las que el Sistema Integral de Información Cultural (SIIC) toma en cuenta para generar el Gasto Público en Cultura, un indicador que permite entender de forma global la inversión que el Estado realiza en el sector cultural.

Las cifras del SIIC muestran que el Estado pasó de invertir, a través de todas estas entidades, USD 120,1 millones, en 2013 a USD 47 millones, en 2020. Un bajón de 155,5%.

En otras palabras, hace nueve años el Estado gastaba USD 7,61 en cultura por habitante, mientras que el año pasado fueron solo USD 2,64. Los datos de 2021 aún no se consolidan.

Fanny Zamudio, viceministra de Cultura, explica que frente a esta reducción están trabajando en tres ejes: creación de estímulos tributarios, para que la empresa privada invierta más en el sector; inversión de la cooperación internacional y capacitación y fortalecimiento para la generación de emprendimientos culturales.

Salomé Borja, directora del SIIC, aclara que el cálculo para el Gasto Público en Cultura no incluye el monto que invierten los 221 Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD) en el sector cultural, desde que asumieron esta competencia.

Para Jhonatan Cárdenas, investigador cultural, incluir el prepuesto de todos los GAD dentro del Gasto Público en Cultura ha sido una tarea compleja, porque no todos tienen departamentos de cultura ni disciernen con claridad qué es parte o no del sector. “Cuando trabajaba en el Ministerio de Cultura -explica- pedíamos a los GAD el presupuesto que tenían para cultura y nos mandaban el monto que utilizaron para contratar el discomóvil para fiestas de cantonización”.

Fernando Cerón, Presidente de la CCE: ‘El Estado tiene poco interés por el sector cultural’

Tener unos presupuestos tan bajos en cultura evidencia que el Estado tiene muy poco interés por el sector. Nosotros hicimos un ejercicio para mostrar esta realidad: dividimos el presupuesto que se le entrega a la CCE y lo dividimos para el número de habitantes que tiene el país. El resultado fue que, en relación con nuestra institución, el Estado invierte USD 0,86 centavos por persona al año. En medio de este contexto es importante preguntarse cómo se puede construir una política pública sin un presupuesto. Si el Estado sigue despreocupado, vamos a tener un sector cultural más precarizado e incapaz de continuar con su trabajo. Por ejemplo, los presupuestos de inversión que manejan los núcleos de la CCE no permiten generar programaciones permanentes ni realizar mantenimiento.

Christoph Baumann, actor y gestor cultural: ‘La mayoría de artistas sigue en la precariedad’

El sector cultural siempre ha trabajado en medio de la absoluta escasez. La reducción en el presupuesto para cultura impacta en varias áreas de gestión, una de ellas es la realización de los festivales emblemáticos, como el Escenarios del Mundo de Cuenca, que da trabajo a muchísimas personas y que ha sobrevivido gracias al apoyo de la empresa privada. El actual Gobierno anunció con bombos y platillos el proyecto Teatro en el Barrio, pero la mayoría de los artistas profesionales siguen viviendo en la precariedad. Asimismo, se anunció un trabajo conjunto entre la empresa privada y el sector público, que solo ha funcionado para la vacunación. Frente a presupuestos como los actuales se necesita que el Estado incentive al sector privado para que ahorre impuestos invirtiendo en más en la cultura.

Paola de la Vega, docente universitaria: ‘Sin inversión no se atienden derechos culturales’

Hay que tener en cuenta que dentro del presupuesto que el Ministerio de Economía y Finanzas entrega a las instituciones culturales, el monto que se destina para el pago de funcionarios es inmenso. El impacto en la disminución del dinero que se asigna al sector se puede evidenciar en la precariedad de la infraestructura que tienen instituciones como los núcleos provinciales de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, que se están cayendo a pedazos. Asimismo, hay un impacto en el trabajo de los artistas y gestores, porque una de las fuentes fundamentales para la financiación de proyectos culturales viene del sector público. Con los actuales montos de inversión es imposible atender con calidad los derechos culturales de los ecuatorianos y romper con la lógica del centralismo y la burocracia cultural.

 

 

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