El CSIC alerta de que «ni siquiera los alimentos ecológicos» están libres de dioxinas
Son sustancias cancerígenas que se introducen en el organismo de los humanos. Industrias como las centrales térmicas y cementeras liberan las dioxinas, que se impregnan en los mares y el subsuelo.
ESPAÑA. Los expertos piden estudiar el «impacto real» de estas sustancias a largo plazo. El experto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Csic) Esteban Abad ha alertado de que «ni siquiera los alimentos ecológicos» están libres de dioxinas, unas sustancias cancerígenas que se introducen en el organismo de los humanos a través de la comida que ingieren.
Se impregnan en los mares y el subsuelo, donde se cultivan los alimentos y de donde comen los animales. En declaraciones a Europa Press, Abad ha explicado que las dioxinas se liberan al medio ambiente a través de fuentes industriales principalmente centrales térmicas y cementeras y se impregnan en los mares y el subsuelo, donde se cultivan los alimentos y de donde comen los animales.
«Tienen especial afinidad en los entornos grasos, por lo que están más presentes en la carne que en los vegetales», ha informado, y ha manifestado que el 90% de las dioxinas que están presentes en los humanos proviene de la dieta.
El organismo humano es actualmente como un «almacén de residuos, sustancias cancerígenas, metales y pesticidas», ha lamentado, y ha aseverado que la mayoría de piensos que consumen los animales también acumulan altas dosis de dioxinas, que acaban llegando a los ciudadanos cuando consumen su carne y derivados.
Numerosos estudios han apuntado el efecto nocivo de estas sustancias en los humanos, entre los que destaca uno del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (Creal) de Barcelona.
Abad ha lamentado que las autoridades no estén invirtiendo recursos en conocer el «impacto real» de estas sustancias cancerígenas sobre el organismo, ya que no se conoce que efecto acumulativo y a largo plazo tienen.
Los pequeños estudios que se han hecho han llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a establecer como ingesta diaria tolerable un rango de entre 1 y 4 picogramos por kilo de peso corporal para dioxinas un picogramo equivale a 10 gramos elevados a menos quince.
«Aunque se respeten estos límites por cada uno de los alimentos que consumimos, se desconoce el efecto acumulativo de las dioxinas», ha lamentado, y ha llamado a la Generalitat y al Gobierno central a destinar recursos a ello. (Internet/ La Nación)