CARACAS. Al menos 123 miembros de las Fuerzas Armadas de Venezuela han sido detenidos desde el inicio en abril de la oleada de protestas contra el Gobierno del presidente, Nicolás Maduro, acusados de traición, rebelión, robo y deserción, de acuerdo con los documentos militares a los que ha tenido acceso Reuters. Consultados por la agencia, el Ministerio de Información y el de Defensa no han querido comentar este informe.
La lista de detenidos, entre los que se encuentran capitanes, sargentos, tenientes y soldados, del Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional, ofrece según esta agencia la imagen más clara hasta ahora de la insatisfacción y la disidencia dentro del Ejército de Venezuela, conformado por unos 150.000 efectivos.
Los documentos, que detallan el número de prisioneros detenidos, el rango, el motivo y las tres cárceles en las que se encuentran, muestran que desde abril unos 30 miembros del Ejército han sido arrestados por desertar o abandonar su puesto, y otros 40 por rebelión, traición o insubordinación. El resto de los prisioneros militares han sido acusados de robo.
Un grupo de 91 detenidos está en Ramo Verde, una prisión cerca de Caracas en la que también está arrestado uno de los líderes de la oposición, Leopoldo López. Otras dos decenas están en la prisión de Pica, en la ciudad nororiental de Maturín, y ocho en la cárcel de Santa Ana, en el Estado occidental de Táchira, cerca de la frontera con Colombia. Tres subtenientes huyeron a Colombia y pidieron asilo en mayo, y un hombre que dijo ser sargento venezolano apareció en un vídeo publicado por medios locales el mes pasado en el que declaraba su disidencia e instaba a sus colegas a desobedecer a los superiores «abusivos» y «corruptos».
En medio de una profunda crisis económica, millones de venezolanos sufren la escasez de alimentos y una elevada inflación. Incluso dentro de las Fuerzas Armadas, los salarios comienzan con el sueldo mínimo, equivalente a unos 12,5 dólares al mes al tipo de cambio del mercado negro (unos 11 euros), y en privado algunos de sus miembros admiten estar mal pagados y mal alimentados.
Desde que la oposición comenzó sus protestas hace más de tres meses, varios funcionarios de seguridad han hecho público su descontento. El caso más notorio ha sido el del policía que robó un helicóptero y atacó edificios oficiales la semana pasada, que asegura que una facción dentro de las Fuerzas Armadas se opone al Gobierno del presidente.
Los documentos militares a los que ha accedido Reuters, que cubren las detenciones hasta mediados de junio, respaldan las afirmaciones de los líderes de la oposición de que la ira y la disidencia entre los soldados, que viven difíciles condiciones económicas, está más extendida de lo que parece. «Demuestra baja moral y descontento y, por supuesto, necesidad económica», ha explicado sobre las detenciones un general retirado del Ejército, que ha pedido no ser nombrado por temor a represalias.
Los líderes de la oposición han exhortado repetidamente a la cúpula militar a romper con el presidente Maduro. Maduro dice que es víctima de una «insurrección armada» orquestada por sus adversarios con el apoyo del Gobierno de Estados Unidos, que buscan lograr el control de la vasta riqueza petrolera del país, miembro de la OPEP, y sostiene que los altos mandos militares están de pie junto a él.
La Guardia Nacional ha reprimido las protestas en todo el país con gas lacrimógeno, cañones de agua y perdigones contra jóvenes enmascarados que a su vez les lanzan piedras, cócteles molotov y excrementos. Unas 90 personas han muerto desde abril. En privado, algunos miembros de la Guardia Nacional han reconocido estar agotados, mal pagados y mal alimentados, aunque la mayoría permanece impasible durante las protestas y evita conversar con los periodistas.
Maduro culpa de los problemas a una «guerra económica» que está librando la oposición con el respaldo de Washington, una posición respaldada en público por altos funcionarios militares. «Hay muchos que están buscando (…) unos ‘rambitos’ aquí dentro de la fuerza armada, pero no lo van a conseguir», dijo el ministro de Defensa, Vladímir Padrino, en un vídeo publicado en las redes sociales el lunes, en alusión al rumor de un golpe de Estado militar.
El policía y actor Óscar Pérez, que protagonizó el ataque desde un helicóptero la semana pasada contra las sedes del Ministerio del Interior y del Tribunal Supremo de Justicia en Caracas, reapareció este miércoles en una grabación en la que promete mantener la lucha y llama a los venezolanos a continuarla en las calles. (EL PAÍS/LA NACIÓN)
