Desde mi rincón de meditación
Por: Lucy Angélica García Chica / Portoviejo.
A veces cierro los ojos e intento imaginar un mundo sin intenciones ocultas, imagino un mundo lleno de gente que comparte porque quiere ver más generosidad en el mundo y no porque quiere algo a cambio.
Imagino gente que ama solo por dar amor, imagino que todos nuestros esfuerzos espirituales son hechos con una sola intención: expresar la chispa de Dios que está dentro de cada uno de nosotros. Qué maravillosa posibilidad a la cual podemos acercarnos un poco más cada vez que elegimos la pureza de nuestro corazón por encima de nuestras intenciones ocultas.
La energía de Dios es únicamente positiva y buena. Por lo tanto, toda la creación es positiva y buena. Desde los árboles, las flores y las criaturas marinas hasta las grandes montañas y los amplios paisajes. Desde los animales terrestres hasta la humanidad entera, todo es hermoso y contiene esta divinidad. Incluso nuestros desafíos y dificultades son hermosos, dado que contienen una bendición oculta que solo espera revelarse ante ti.
Ser bondadosos es gratis, y el mundo necesita más bondad que nunca. La sensibilidad y el interés por los demás no siempre son fáciles o cómodos, pero ayudan a hacer de nuestro mundo un lugar más gentil y amable. Todos tenemos el don de la bondad en nuestro interior, a veces olvidamos que está ahí. Otras veces lo hemos sepultado. Pero cuanto más abramos nuestro corazón y ofrezcamos esta bondad a los demás, más mejorará el mundo.